El Papa Francisco ha publicado “Laudato Si”, Alabado sea mi Señor, su primera encíclica sobre el ambiente y con una visión inspirada en San Francisco de Asís, el patrono del ambiente, en el que condensa la posición de la Iglesia Católica sobre la relación humana-ecológica. En este documento, el Papa usa un tono muy personal, misericordioso y en parte persuasivo, e insta a la población del mundo (7 mil millones de habitantes) a considerar al planeta Tierra como el “Hogar Común” de todos e implica la estrecha y saludable relación entre la vida del ser humano y las estrictas leyes ético-morales que están inscriptas en la Naturaleza misma.
“El ambiente no es sólo la Naturaleza, sino la relación Naturaleza-Sociedad, y que nos afecta a cada uno de nosotros”. Proteger y cuidar a nuestro “Hogar Común”, la Tierra, es el eje rector de esta, su segunda encíclica (la primera, “Lumen Fidei”, Luz de la Fe, fue publicada en el año 2013).
“El Papa aborda temas como la crisis del cambio climático, la sequía, la extinción de plantas y animales, el efecto invernadero, la desigualdad de la riqueza y el acceso a los recursos”
La encíclica comienza con una introducción que define al ambiente como un bien colectivo, patrimonio de la humanidad y responsabilidad de todos. Su formato está estructurado en seis capítulos donde el Papa aborda temas como la crisis del cambio climático, la sequía, la extinción de plantas y animales, el efecto invernadero, la desigualdad de la riqueza y el acceso a los recursos. En forma enfática, critica el proceso de la globalización, la deshumanización del capitalismo, la pobreza, la cultura del consumismo y el desperdicio, lo que conlleva a la degradación ambiental. Este documento, que consta de 187 páginas, termina con una oración piadosa por nuestra Tierra.
Repercusión Mundial
Esta encíclica no es un discurso político, pero tendrá su repercusión en el escenario político mundial, especialmente en los Estados Unidos, cuando el Papa Francisco visite en septiembre Washington D.C. y Nueva York, y tanto en el Congreso como en la Organización de las Naciones Unidas se presume que él abordará estos temas.
Esta encíclica tampoco es un abstracto científico, aunque contiene “in extenso” todos los resultados, las conclusiones y las recomendaciones de las múltiples investigaciones científicas que confirman que “estamos ante la presencia de un alarmante calentamiento del sistema climático global, causado no sólo por las causas naturales (actividad volcánica, ciclo solar) sino por la gran concentración de los gases de invernadero como el dióxido de carbón, el gas metano y el óxido de nitrógeno, derivados como resultado de la actividad humana”.
El Papa urge a la humanidad a “cambiar su estilo de vida, de producción, y de consumo, para poder combatir de raíz el calentamiento del planeta Tierra” y a los que sustentan el poder político los insta a “implementar medidas para reducir esos gases y promover un cambio radical energético reemplazando los combustibles fósiles (petróleo) por fuentes permanentes de energías renovables”. Según la comunidad científica, los seres humanos son los responsables por el calentamiento global; el aire y los océanos aumentan su temperatura, las concentraciones de hielo y nieve están disminuyendo y el nivel de los mares está aumentando, ocasionando inundaciones devastadoras. Estas aserciones, sin embargo, son rebatidas por investigadores del Instituto CATO y el Grupo CERES, quienes consideran esta información con escepticismo.
Una encíclica única
Esta encíclica es un documento teológico que expone la crisis del calentamiento global con una perspectiva humanística de amor y cuidado hacia nuestro Common Home, la Tierra. No tenemos otro igual. Con un tono casi monástico, el Papa Francisco alude a “la tradición franciscana (de más de 800 años) de aquellos pioneros del ascetismo congregados en el desierto, con amor y devoción a la naturaleza creada por Dios”. El Papa nos invita a redescubrir esta práctica, porque al cuidar la naturaleza nos encontramos con la presencia del Creador en ella misma, ya que “Dios creó el mundo como un jardín para cuidarlo con responsabilidad moral y ética”.
“Estamos ante la presencia de un alarmante calentamiento del sistema climático global, causado no sólo por las causas naturales (actividad volcánica, ciclo solar) sino por la gran concentración de los gases de invernadero como el dióxido de carbón, el gas metano y el óxido de nitrógeno, derivados como resultado de la actividad humana”
Esta encíclica adquiere una relevancia prominente debido a las circunstancias políticas actuales, con futuras elecciones presidenciales en varias potencias del planeta, oportunidad en que los candidatos abordarán estos temas candentes para hostigar a sus gobernantes, como también a inversores, lobistas petroleros, ejecutivos industriales y activistas ecológicos, quienes tratan de imponer medidas temporarias (como el impuesto a las emisiones de dióxido de carbón) y no generar cambios y soluciones permanentes como la adopción de energías renovables y sustentables para evitar así el calentamiento de la atmósfera terrestre y el de sus océanos, mares y ríos que amenaza la vida en la Tierra.
El contenido de esta encíclica también influenciará la próxima reunión cumbre en París, en diciembre, donde asistirán representantes de más de 150 países con el fin de abrir el debate sobre las causas del calentamiento del planeta y cómo responder al cambio climático a través de un mega-acuerdo.
El Papa enfatiza que “el poder económico continúa su justificación del sistema de calentamiento global, donde la prioridad pareciera ir hacia la especulación y la ganancia financiera, lo que es frágil, como el ambiente, y resulta indefenso ante las reglas del mercado”.
La sequía mundial y sus consecuencias a largo plazo
En el año 1971, el entonces Papa Pablo VI dijo en su carta apostólica “Octogésima Adveniens” que “debido al uso y la explotación de la naturaleza, la humanidad corre el riesgo de destruirla y sufrir las consecuencias de esta degradación”. Desafortunadamente, ya estamos enfrentando esta calamidad ambiental.
“El nivel del agua subterránea está disminuyendo a un ritmo acelerado”, informaron recientemente los científicos de la NASA a cargo del programa de investigación satelital GRACE (Gravity Recovery and Climate Experiment) ya que “13 de los 37 acuíferos más grandes del mundo ya están siendo desabastecidos, disminuyendo su capacidad, lo que constituye una seria amenaza para las reservas de agua del mundo en las áreas que sufren el estrés causado por las sequías recurrentes, como está ocurriendo en Oriente Medio (Arabia, principalmente), India, Sahara africano, el norte de China y el Valle Central de California”. El científico Jay Famiglietti, investigador del JPL, de NASA, expresó que el cambio climático, el crecimiento demográfico, la agricultura e industrias como la minera, serían responsables de este desabastecimiento en los acuíferos. El agua subterránea “es la fuente principal de las reservas y suple el 35 % del agua que usa el ser humano”, informó el científico. En California, los agricultores del condado de Ventura usan el agua subterránea en un 100 % y confían en el regreso del fenómeno natural “El Niño” para reponerla. El agua subterránea se puede acabar si es extraída en forma constante y si las fuentes naturales no las han reabastecido, debido a la escasez de lluvias, proceso que llevaría entre 10 y 21 mil años, lo cual causaría paulatinamente daños ecológicos notables. “Las latitudes intermedias del planeta (en la franja ecuatoriana que separa los hemisferios norte y sur) sufren sequías y hay una demanda permanente de agua subterránea, que crece al ritmo del crecimiento de la población y esto es alarmante”, expresó Famiglietti.
“El agua subterránea se puede acabar si es extraída en forma constante y si las fuentes naturales no las han reabastecido, debido a la escasez de lluvias, proceso que llevaría entre 10 y 21 mil años”
En este contexto, El Papa Francisco, en su encíclica sobre el medio ambiente, relaciona la justicia económica y sus diferencias en riqueza entre el Hemisferio Norte y el Hemisferio Sur y declara que el Norte tiene una deuda ecológica con el Sur, de acuerdo con un consistente consenso científico que ha probado que el quehacer humano es un factor contribuyente a la concentración de los gases invernadero.
El contenido de esta encíclica es una fuente de información vital para la toma de acción para salvar la vida del planeta Tierra y para sustentar el debate durante la cumbre de París, ya que proviene de un Papa muy popular, un líder mundial, un activista incansable por la causa de los pobres, los marginados, los inmigrantes del mundo, un crítico del sistema capitalista y sobre todo un ser compasivo del dolor y la pena ajena por razones de injusticia social o intolerancia de género.
Addendum: ¿Qué son los acuíferos?
Los acuíferos son almacenamientos naturales de agua que yacen entre dos capas de rocas subterráneas, las que facilitan la permeabilidad del agua proveniente de la lluvia, los ríos y los lagos subterráneos. Los agricultores extraen el agua subterránea para el regadío a través de pozos accionados por un motor. ¤