Historia: Suipacha y la situación en Paraguay

El ejército auxiliar al mando de González Balcarce inició su avance hacia el norte saliendo de Yaví. Para enfrentarlos, una Junta Consultora de Lima decidió enviar un ejército de 2000 hombres a Potosí.
La primera acción fue el combate de Cotagaita, a unos 400 kilómetros al norte de Jujuy, que tuvo lugar el 27 de octubre de 1810. A los patriotas les fue desfavorable por la superioridad numérica de los españoles, teniéndose que rehacer el ejército días después en Tupiza.
Al acercarse el enemigo a Tupiza en la madrugada del 5 de noviembre, la columna dejó el pueblo para mejorar las posiciones. A las 5 de la tarde se posesionó del pueblo de Nazareno, fronterizo al de Suipacha, con un río de por medio. Se valió González Balcarce de una ingeniosa estrategia, enviando a un indio a Tupiza para que diese opuestos informes sobre el estado del ejército y luego se ocupó por el resto de la noche a dar disposiciones para el día siguiente.
El Mayor General Córdoba dio fácil entrada a las noticias y se puso en marcha a las 11 de la mañana del 7 de noviembre. La vanguardia a la vista de las tropas patriotas ocupó unas alturas que dominaban el flanco derecho de éstas y permanecieron en la más completa inmovilidad, es decir, prácticamente poniéndose a la defensiva. González Balcarce adelantó entonces una división de 200 hombres y dos cañones. Los realistas echaron contra este movimiento varias guerrillas. Se rompió el fuego por una y otra parte y González Balcarce hizo replegar sus fuerzas para animar a los contrarios, con este aparato de debilidad a dejar las alturas, como en efecto lo hicieron.
Entonces, descubriendo González Balcarce la totalidad de sus fuerzas cuya mayor parte había ocultado, y al grito de ¡Viva la Patria!, los soldados cargaron sobre el enemigo. Lo arrollaron por todas las direcciones y antes de quince minutos ocuparon todos los parapetos, introduciendo entre ellos el desorden en tales términos que rompieron en una vergonzosa fuga por los cerros. Abandonaron la artillería, la caja del ejército, las municiones, dos banderas y 150 prisioneros, dejando muchos heridos y 40 muertos, sin una perdida por la parte patriota.
Los resultados de esta batalla fueron de una trascendencia favorable para la causa de la revolución. A González Balcarce le valieron los galones de brigadier y la confianza para avanzar hacia el río Desaguadero, límite del virreinato.
El General Martín de Pueyrredón fue nombrado presidente de la Audiencia de Charcas.
Pero, desavenencias llevaron a Castelli a despedir a Martín Miguel de Güemes y la división de Salta que estaba a su mando fue disuelta.
El 15 de noviembre la Junta de Buenos Aires relevó a Ortiz de Ocampo quedando González Balcarce como jefe de la expedición

LA SITUACIÓN CON EL PARAGUAY
Con referencia al Paraguay, la expedición auxiliadora o libertadora a esta zona, fue una campaña emprendida por la Junta de Gobierno de Buenos Aires entre setiembre de 1810 y mayo de 1811. Si bien fracasó militarmente, sirvió como antecedente para la formación de una Junta de Gobierno en Asunción debido a la interacción de Manuel Belgrano con comandantes paraguayos criollos. Las comunicaciones de la Junta de Buenos Aires fueron llevadas a Asunción por el coronel José Espínola y Peña.
Una asamblea paraguaya decidió no reconocer a la Junta de Buenos Aires y juró obediencia al Consejo de Regencia de Cádiz. Esto llevó a cortar las comunicaciones con el Paraguay.
Como la situación en la Banda Oriental se agravó, el 4 de septiembre el abogado Manuel Belgrano fue designado comandante en jefe del improvisado ejército compuesto por el nuevo regimiento de caballería de La Patria y las milicias que encontrara o formara en su paso por las costas del Paraná, Santa Fe y Entre Ríos.
El 26 de setiembre, Belgrano salió de Buenos Aires y el 1º de octubre con las tropas llegó a Santo Tomé entrando al día siguiente en Santa Fe. El ejército comenzó a cruzar el río Paraná el 8 de octubre al mando de Juan Ramón Balcarce, llegando Belgrano a la Bajada (actual ciudad de Paraná) el día 10. Se instruyó a las tropas y se recibieron víveres y el donativo de 750 caballos por parte del pueblo local.
Desde La Bajada, las tres divisiones del ejército salieron iniciando la marcha por el interior de la Mesopotamia. Belgrano permaneció en La Bajada para esperar a los Patricios que al mando del teniente coronel Gregorio Perdriel llegaron el 1º de noviembre.
El 6 de ese mes, una escuadrilla con 300 soldados realistas al mando de Juan Ángel de Michelena ocupó Concepción del Uruguay, amenazando las comunicaciones de Belgrano con Buenos Aires. El 8, Belgrano llegó a Curuzú Cuatiá, donde el padre Arboleya bendijo la bandera del ejército expedicionario que llevaban los colores amarillo, azul y encarnado.
En Asunción, el gobernador Velasco tuvo noticias de la movilización de las fuerzas de Buenos Aires y ordenó que se enviaran milicianos a los pasos del río Paraná. Belgrano, a su vez, dio órdenes para confundir a los realistas paraguayos.
Con diversos inconvenientes, como las dificultades del terreno, la falta de caballada y las continuas lluvias, veremos en próximas notas lo que pudo hacer Belgrano.©