Un 28 de febrero de 1917 se apagaba la vida del poeta Pedro Bonifacio Palacios, “Almafuerte.” No fue un poeta de la medida de los críticos "cultos", pero expresó con pasión y valentía los sentimientos y las necesidades humanas. Nació en San Justo, provincia de Buenos Aires el 13 de mayo de 1854, y su vida también fue, un hondo poema popular. Su hogar era un rancho miserable y la adversidad lo marcó desde la niñez. Su madre falleció cuando él solo contaba con tres años de edad y fue abandonado por su padre poco después. Lo recogió su tía Carolina Palacios y a los siete años lo envió al colegio. Sus estudios primarios los realizó en la parroquia del Pilar, ubicada en la calle Santa Fé entre Paraná y Montrevideo. Años después fue ayudante y luego preceptor en la anexa Escuela Elemental de varones. En 1875 pasa con el mismo cargo a la parroquia de Balvanera y luego a la de Catedral al Norte, sita en Reconquista al 400, todas ellas en la Capital Federal. En el interior desempeñó el magisterio en las ciudades bonaerenses de Mercedes, 1881-1883, Chacabuco,1883-1887, Salto y Trenque Lauquen. Fue también un excelente recitador. Siendo adolescente publica su primera poesía, “Olvídate de mi,” en el periódico Tribuna. En 1875 publica, “Pobre Teresa,” drama en cuatro actos y para la misma época comienza a mostrarse como pintor. Toda su vida trabajó como maestro, eligiendo las escuelas rurales más humildes. Lo poco que ganaba lo repartía entre la gente más pobre, y su propia casa era una especie de refugio-comedor popular.
Cierta vez, ejerciendo como maestro en Chacabuco, recibió la visita de Domingo Faustino Sarmiento, quien era entonces superintendente general de escuelas y que conocía, por intermedio del pueblo el trabajo de Almafuerte.
Sarmiento le propuso darle el traslado a Buenos Aires. “Yo me quedo donde estoy, y cuando la pampa se haya poblado, me iré de maestro al Chubut,” fue la respuesta del poeta.
También se dedicó al periodismo defendiendo a ultranza los intereses del pueblo. Aunque no estuvo integrado a ningún movimiento partidario, fue dejado cesante por razones políticas en la escuela de Trenque Lauquen.
Vivió con la altivez de los que no tienen compromisos con nadie y como lo propuso en Avanti: "No te des por vencido, ni aún vencido;/ No te sientas esclavo, ni aún esclavo; / Trémulo de pavor, piénsate bravo, / Y arremete feroz, ya mal herido./ Ten el tesón del clavo enmohecido,/ Que ya viejo y ruin vuelve a ser clavo;/ No la cobarde intrepidez del pavo/ Que amaina su plumaje al primer ruido./ Procede como Dios que nunca llora,/ O como Lucifer, que nunca reza,/ O como el robledal, cuya grandeza,/ Necesita del agua y no la implora.../ -Que muerda y vocifere vengadora,/ Ya rodando en el polvo tu cabeza. Ø