LOPE DE VEGA: EL MEJOR ALCALDE, EL REY
El fénix de los ingenios produjo también “El mejor alcalde, el Rey”, que pertenece a su período de plenitud. ¿Y nos referimos a quién? Nada menos que a Lope de Vega.
En esta obra todo es facilidad, armonía, belleza y hondura psicológica que resiste cualquier comparación con las más famosas realizaciones literarias de todos los tiempos. Ha sido una obra de las más escenificadas y que en la actualidad puede serlo, sin necesidad de adaptaciones o arreglos.
El argumento es sencillamente grandioso. Sancho y Elvira, honrados aldeanos, se aman y están próximos a casarse. El infanzón Don Tello, poderoso y tiránico señor de la comarca, rapta, luego de haberse ofrecido como padrino de boda, a Elvira con ánimo de forzarla.
Sancho se dirige al Rey Don Alfonso VII para pedirle justicia, quien con conocimiento de lo sucedido entrega una carta a Sancho con órdenes terminantes para Don Tello; éste, sin embargo, se niega a devolver a Elvira. Sancho vuelve a ver al Rey contándole cómo el infanzón se niega a acatar su mandato y pidiéndole que envíe un alcalde enérgico que se imponga a Don Tello.
“El mejor alcalde es el Rey”, exclama don Alfonso, quien con Sancho y unos caballeros parten para Galicia. Cuando llegan al lugar, el infanzón ya ha deshonrado a Elvira. Entonces el monarca obliga a Don Tello a desposarse con ella y entregarle en dote la mitad de su hacienda. Terminada la boda el infanzón es decapitado y Elvira, noble y rica, podrá casarse con su Sancho.
En esta obra encontramos siete refranes o sentencias. Primero, el dicho por Elvira: “El amor que pierde al honor el respeto es vil deseo y siendo apetito feo no puede llamarse amor”.
Segundo, también pronunciado por Elvira: “El amor se funda en querer lo que quiere quien desea, que amor que casto no sea, ni es amor ni puede ser”.
Tercero, el sostenido por Feliciana, hermana de Don Tello: “Una mujer que es honrada, es caso llano que no la podrá vencer ningún interés humano”.
Cuarto, el afirmado por el Rey “Quien al pobre ofende, nunca es sabio”.
Quinto, del amigo de Sancho, Pelayo: “Siempre es consejo sabio, ni pleitos con poderosos, ni amistades con criados”.
Sexto, dicho por el Rey: “Los buenos vasallos se conocen lejos de los reyes y los reyes nunca están lejos para castigar a los malos”.
Y el séptimo, de Don Nuño, padre de Elvira: “El pobre al rico dará su honor y dirá que es justo, mas tiene por ley su gusto y poder para matar.”
El tema -según el mismo Lope- está tomado de una anécdota referida en la cuarta parte de la Crónica General de Alfonso X, El Sabio.
Lope altera con un prodigioso sentido dramático la anécdota. En ésta es una tierra lo que ha quitado al plebeyo el infanzón. Despojo de muy poco interés para los imaginativos y apasionados espectadores españoles del siglo XVI. La deshonra de una mujer es cosa distinta. Según Klein, esta comedia, por su agradable sencillez, por el profundo sentimiento de la justicia que revela y por la perfecta e intachable ejecución, es la obra maestra de Lope.
Vemos así, con el análisis de esta obra y de otras que hemos hecho, que queda demostrada una vez más la permanente vigencia del refrán.
Para terminar, recordemos un famoso refrán: “En el país de los ciegos, el tuerto es Rey.” Ø