Cómo el mundo se vuelve más injusto a medida que aumentan los multimillonarios y la IA desplaza a millones de trabajadores
La sensación generalizada de que el mundo se está volviendo cada vez más injusto no es una simple impresión. Los datos y las tendencias socioeconómicas lo demuestran de forma contundente.
Un concepto clave para entender esta creciente desigualdad es el de “suma cero”, que plantea que en un sistema de recursos limitados, la ganancia de unos implica necesariamente la pérdida de otros. Como aumenta el número de multimillonarios a nivel global significa que esa riqueza se está transfiriendo de forma acelerada desde los sectores más pobres y vulnerables de la población hacia los más ricos. Mientras unos pocos acumulan fortunas astronómicas, millones de personas se hunden cada vez más en la pobreza y la marginación.
De acuerdo con el Informe sobre la Riqueza Mundial 2022 del Crédito Suizo, el número de multimillonarios (personas con un patrimonio neto superior a 50 millones de dólares) aumentó un 9,6% en 2021, alcanzando un récord histórico de 218.200 personas. Estos 218.200 individuos poseen una riqueza total de 84,5 billones de dólares, lo que representa el 43,2% de la riqueza global.
“Mientras unos pocos acumulan fortunas astronómicas, millones de personas se hunden cada vez más en la pobreza y la marginación”
Oxfam significa “Oxford Committee for Famine Relief” (Comité de Oxford para la Ayuda contra el Hambre), fundado en 1942 en la Universidad de Oxford, Reino Unido. Es una organización internacional sin fines de lucro que tiene como objetivo luchar contra las causas de la pobreza y la injusticia a nivel global. Cuenta con afiliados en más de 90 países y es una de las principales ONG internacionales en el ámbito de la lucha contra la pobreza y la promoción de la justicia social a nivel mundial. Según el Informe sobre la Desigualdad Global 2022 de Oxfam, el 10% más rico de la población mundial acaparó el 52% de la riqueza global, mientras que el 50% más pobre solo tuvo acceso al 8% de esa riqueza. Traducido en seres humanos: las 2.153 personas más ricas del mundo poseían más riqueza que los 4.600 millones de personas más pobres.
Esta enorme concentración de la riqueza en manos de unos pocos se produce en paralelo a un aumento vertiginoso de la pobreza y la precariedad a nivel mundial.
La desigualdad va en aumento
Las cifras muestran que la desigualdad global ha ido aumentando de forma constante en las últimas décadas. Mientras un puñado de personas acumula riquezas inimaginables, millones de seres humanos carecen de acceso a servicios básicos como salud, educación o vivienda digna.
La inteligencia artificial, un arma de doble filo
Según un estudio del McKinsey Global Institute, entre 400 y 800 millones de empleos podrían verse automatizados a nivel global de aquí a 2030 debido al desarrollo de la IA y otras tecnologías. Esto no afectaría solo a trabajos rutinarios y repetitivos, como los de cajeros, operarios de fábricas, telefonistas o conductores, sino también a periodistas, escritores, dibujantes, cineastas, creativos, etc. Al parecer, nadie está a salvo de ser reemplazado por la IA o por robots.
“Si bien la Inteligencia Artificial ofrece enormes posibilidades para mejorar la vida de las personas, también está provocando la destrucción de millones de puestos de trabajo de forma acelerada”
Al respecto, Daniel Hadad, fundador y CEO de Infobae, dijo hace pocas semanas en SIP Connect 2024, la reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) celebrada en Miami entre los días 17 y 19 de julio pasado: “Son tiempos para personas que no tienen miedo”. “El cambio que la inteligencia artificial trae al periodismo es más fuerte que el que trajeron internet, la Web 2.0 y las plataformas sociales. A diferencia de lo que sucedió cuando se popularizó la red, que le dio 20 años a la industria de los medios de papel para adaptarse, esta vez no tenemos tiempo”. Hadad agregó además algunos datos estremecedores: “El modelo no cierra. CNN volvió a reducir su planta la semana pasada —mostró imágenes de la noticia del despido de 100 personas en la cadena— y desde 2004, el año que apareció Facebook, hasta hoy, desaparecieron 2.900 medios en los Estados Unidos”.
A medida que los empleos vayan siendo reemplazados por sistemas automatizados, la riqueza generada por esa productividad se concentrará en manos de los dueños y accionistas de esas empresas tecnológicas, así como de los propietarios de los activos que se benefician de esa automatización. Mientras tanto, millones de trabajadores se verán abocados al desempleo y a la necesidad de buscar nuevas formas de ganarse la vida en un mercado laboral cada vez más hostil. La riqueza de los más ricos aumenta, restando oportunidades a los más pobres, creando un círculo vicioso de creciente desigualdad donde los privilegios y la pobreza se perpetúan. Esta dinámica se retroalimenta, pues cuanto más prosperen las grandes empresas tecnológicas, más recursos tendrán para seguir desarrollando IA y automatizar más procesos, lo que a su vez les permitirá seguir acumulando más riqueza y poder.
Una involución hacia tiempos feudales
Si esta tendencia continúa, en las próximas décadas es probable que el mundo vuelva a tener una estructura social similar a la de la época feudal, con una minúscula élite privilegiada que concentra la inmensa mayoría de los recursos y una gran masa empobrecida y marginada.
Algunos expertos ya advierten que este escenario distópico se asemeja cada vez más a la realidad. En su libro “Capital e ideología”, el economista Thomas Piketty advierte que, de mantenerse las tendencias actuales, en 2050 el 1% más rico de la población mundial podría acaparar el 60% de la riqueza global.
Así, mientras unas pocas familias y corporaciones disfrutarán de todos los lujos, comodidades y avances médicos, la gran mayoría de la población mundial languidecerá en la pobreza, la enfermedad y la falta de oportunidades. Un mundo dividido entre una minoría con acceso a todos los privilegios y una mayoría condenada a la marginación.
“En su libro “Capital e ideología”, el economista Thomas Piketty advierte que, de mantenerse las tendencias actuales, en 2050 el 1% más rico de la población mundial podría acaparar el 60% de la riqueza global”
Esta distopía ya no es solo patrimonio de las novelas y las películas de ciencia ficción. Novelas como “Los juegos del hambre” de Suzanne Collins, “1984” de George Orwell, “Un mundo feliz” de Aldous Huxley, “El cuento de la criada” de Margaret Atwood o películas como “Elysium” (2013), “Snowpiercer” (2013), “Gattaca” (1997) o “La isla” (2005) describieron este presente como si fuera el futuro.
Una profesora de secundaria acaba de postear en Facebook: “Salíamos de tomar examen de Lengua y Literatura. Una de las profesoras dijo: 'cuando seamos viejas, nos buscarán en taxi para enseñar algo...' Habíamos desaprobado a todos. Ninguna maldad. Imposible aprobar algo que no era nuestro idioma”.
Argentina 2024.¤