A Manuel Rodríguez le iba muy bien en Mar de Ajó con un mercadito que se llamaba Buenos Aires. Pero eran otras épocas y toda la familia tuvo que venirse para Estados Unidos en los años setenta. En el ramo de la carne al por mayor, don Manuel trabajó para varios negocios a los que ayudó a prosperar. Un día decidió largarse solo y con esfuerzo y empecinamiento empezó a fabricar morcillas en el living de su casa. Alquiló un local en Van Nuys, donde se encuentra ahora el Mercado, y allí siguió trabajando en sus chacinados. Sin embargo, todas las noches, al cerrar, le parecía ver el cartel de aquellos años en la costa atlántica: Mercado Buenos Aires. En el año 1990 abre el mercado basado en la venta de carne, productos y comida argentina. Desde entonces no ha parado, y próximo a festejar su doceavo aniversario, los cambios son asombrosos. En el ‘92 puso dos mesitas. La respuesta de la clientela, ávida de un lugar donde reunirse y comer bien, lo fue obligando a crear más lugar y hoy sienta a casi ochenta personas.
En el ‘94 se agrega el famoso Pocho Buenos Aires atendiendo las mesas que ya tienen mucho para contar. Abren de 8 a 8; viernes y sábado alargan hasta las 10 y los domingos acortan hasta las cinco. Hay vinos, yerbas y toda clase de productos argentinos. Manuel es muy exigente con la comida que vende y se enorgullese de tener lo mejor que se consigue. Hacen pascualinas, tartas, empanadas y pastas caseras. También hacen pizzas, sandwiches y parrilladas, churrascos y lomos. Para las fiestas: lechón al horno y a domicilio; pavo relleno, picadas, masas finas, etc.
Tenemos la suerte de tener un lugar como éste que pareciera que ni en Argentina van quedando. El show unipersonal de Pocho comienza cuando usted llega, es un archivo viviente de anécdotas y recuerdos, siempre dispuesto a brindarse por la amistad de la que hace un culto. Desde el desayuno a la cena, todo está cubierto. Ø