Un maestro del bandoneón
Los que lo escucharon tocar en vivo, aseguran que si bien no era el más virtuoso de los bandoneonistas del tango, nadie podía igualarlo. No eran solo las notas que salían de su instrumento, sino además el ángel de su personalidad. Tocaba con los ojos entrecerrados, con una expresión de profunda emoción, como en éxtasis.
Aníbal Carmelo Troilo nació el 11 de julio de 1914, en el barrio porteño del Abasto. Su padre lo apodó “Pichuco”, y el sobrenombre lo acompañó toda su vida. El famoso poeta Julián Centeya lo bautizó como El Bandoneón Mayor de Buenos Aires.
Troilo compartió escenarios y estudios de grabación con verdaderas leyendas del tango como Osvaldo Pugliese, Julio De Caro y Juan D'Arienzo, entre muchos otros, y hasta con el genial folclorista Atahualpa Yupanqui. Su recordado Cuarteto formado en 1968 contaba nada menos que con Ubaldo De Lío en guitarra, Rafael del Bagno en contrabajo y Osvaldo Berlingieri en piano. Cantaron para él Alberto Marino, Edmundo Rivero, Elba Verón y Roberto Goyeneche, entre muchas otras figuras.
Pichuco fue el autor de inolvidables tangos como Responso, Garúa, Barrio de tango, Pa’ que bailen los muchachos, Discepolín, y La última curda.¤