¡Aquí se arma la rosca!
¿Qué tienen en común los recordados actores y actrices Tono y Gogó Andreu, Vicente Rubino, Osvaldo Pacheco, Nelly Láinez, Guido Gorgatti, Carlitos Scazziotta, Marcos Zucker, Tincho Zabala, Joe Rigoli, Tino Pascali, Gino Renni y Carmen Vallejos? Como si fuera un “all star” show, todos ellos hicieron reír por años a la Argentina en el recordado programa televisivo La Tuerca.
Juan Peregrino (seudónimo de su director y productor Héctor Masselli), Juan Carlos Mesa, Jorge Basurto, y Carlos Garaycochea fueron sus principales guionistas.
Los memoriosos recordarán el sketch del arbolito, en el que el personaje de Joe Rigoli quería plantar un pequeño árbol en el frente de su casa, pero chocaba siempre contra la kafkiana burocracia del empleado municipal, interpretado por Tino Pascali, que cada semana le requería un nuevo formulario para llenar e interminables trámites burocráticos, al mismo tiempo que el gestor Gurruchaga, interpretado por Julio López, conseguía todo enseguida gracias a algún sospechado dinerillo que pasaba por debajo del escritorio. Julio López también inmortalizó el personaje de Globulito, un fatigoso flacuchón desgarbado que usaba trajes de gran talla a los que le debía poner piedras en los bolsillos para que no se lo lleve el viento.
Otro de los inolvidables sketches fueron el de los jubilados de la plaza, en el que participaban Gorgatti, Pascali, Rubino, Rafael Carret y Zabala, o el de Abelardo e Isolina, con Pacheco y Lainez.
La tuerca comenzó a emitirse en 1965 por Canal 13, y en 1972 pasó a Canal 11 hasta 1974. Luego revivió en 1982 cuando se emitió hasta 1989, con casi todo su elenco original, por el Canal 2.
Muchas de las frases recurrentes en el programa, como el “¿tené boleta?” del tintorero japonés interpretado por Pato Carret, se hicieron parte del vocabulario popular de la época, y hasta hoy mismo algún que otro abuelo le sigue preguntando a su esposa de toda la vida: “¿Qué te está pasando, Isolina?”
También fueron celebrados otros sketches como el de la mordida, con Carlos Scazziotta, que comenzaba con un simple pedido de reparación de algún artefacto por parte del propietario (Marcos Zucker), y cuyo precio iba aumentando descomunalmente a medida que se iban agregando las coimas de los diversos participantes, incluyendo el portero del edificio, que decía: “No me dejen afuera...”, en una muestra más de cómo el humor suele reflejar la realidad que vivimos todos los días. ¤