El 2021 estará lleno de movimiento; venimos de un año en el que las fuerzas femeninas estuvieron súper presentes y en expresión potente. Volvemos a ser vanguardia en nuevos derechos y en ello la luna acompañará firmemente; también será un año con fuerte espaldarazo a la innovación científica. A lo largo del 2021, comenzará el momento de estabilizar lo ya logrado para encarar nuevos desafíos, que sacudirán la realidad para bien.
Por supuesto, habrá altibajos económicos, muy atados al accionar de grupos económicos que actúan desde las sombras. Y cuando decimos sombras no estamos hablando de hermandades secretas, sino de grupos que generan acciones económicas lesivas para poder seguir fugando capitales. Frente a esto, el gobierno deberá recurrir a su fuerza ariana para poder accionar, poniendo límites y penalidades necesarias.
Persistirán confrontaciones que son naturales en nuestra realidad, pero irán mermando en función de un bienestar creciente, lento pero creciente, fronteras adentro, en virtud del resurgir de sociedades comerciales de la región, además de potenciar la relación de negocios a nivel extracontinental.
No hablamos aquí de una entrada en el paraíso, pero sí del inicio de una nueva etapa, en la que deberemos ser pacientes y atender a las claves. Será, por ejemplo, un año en el que, a nivel global, se pondrá en discusión la concentración mediática, en virtud de la proliferación de informaciones falsas y dañinas, y Argentina no queda fuera de ese proceso.
Habrá reconfiguraciones partidarias, algunas alianzas se desarmarán para iniciar otras, pero la contienda persistirá entre quienes gobiernan para las mayorías y quienes concentran sus fuerzas en las minorías económicamente poderosas. Eso nos acompaña a lo largo de la historia (aparece en cada análisis de carta de Argentina).
Persistirá la confrontación entre quienes desean sostener un orden conservador y quienes quieren ampliar derechos. La antinomia no se diluye, ya que se propondrán avances que al sector más conservador no le agradarán. Hay que estar atentos a ello, y seguir defendiendo, por sobre todo, el valor de la democracia para bien del sujeto histórico llamado pueblo.
El avance de los meses trae una recomposición laboral lenta, pero persistente y progresiva, que tendrá más que ver con una iniciativa interna que con la llegada de capitales, que si bien vendrán, hay mucho por recuperar aquí.
También hay una mirada potenciada hacia la cultura y la educación, que permitirá un mayor acceso a ellas, lo cual generará más trabajo, pero también mayor expansión mental en la población; estamos en un momento en el que las artes serán el freno a un intento oscurantista.
La mayor fuerza de transformación se verá plasmada en la primera mitad del año; luego, en la segunda mitad (con el inicio del nuevo año astrológico), tocará asentar lo logrado y desde allí comenzar nuevos planes.
En resumidas cuentas, será un año más positivo que el 2020, no exento de conflictos y discusiones, pero con muchos avances para bien del pueblo argentino.
Que vivan un gran inicio del 2021. ¤