El sur de California fue originalmente un desierto y, pese a la cantidad de poblados y riegos artificiales, lo sigue siendo en gran parte de su extensión. Uno camina por Death Valley, Mojave o Anza-Borrego y parecería que solo hay piedras y polvo, que es imposible encontrar vegetación interesante. Y esto es cierto casi siempre… casi.
Una vez cada varios años, y solo por unas pocas semanas, se dan ciertas condiciones: invierno lluvioso, el calor de la primavera se retasa y el viento no castiga demasiado. Entonces se produce un verdadero milagro. El desierto explota en millones de flores de todos colores. Amapolas (poppies) anaranjadas, lupines (lupinos) azul-púrpuras, lirios (lilies) de todas clases, varios tonos de amarillos presentan un paisaje irreal, mágico. A esto se suman millones de mariposas y pájaros.
En California ya tuvimos ese momento mágico en el 2010; luego se repitió en el 2017, y este año vuelve a suceder. El Súper Bloom ya puede verse en lugares más bajos y cálidos como Lake Elsinore (ver foto en página 26) y Death Valley.
Hay todo un abanico de posibilidades. Antes de emprender el viaje conviene consultar en páginas como www.desertusa.com para no ir demasiado temprano o perder el tren. Algunos de los principales lugares son:
Lake Elsinore – Walker Canyon.
Anza-Borrego Desert State Park, ver foto de tapa del California Super Bloom 2017 (gentileza de Patricia Méndez), también es de los primeros en florecer.
Death Valley, Mojave Desert, Joshua Tree National Park, merced a sus diferentes alturas, tienen “jardines” en distintas épocas.
Carrizo Plains National Monument, más al norte, no es menos espectacular.
Antilope Valley California Poppy Reserve, en Lancaster, es quizás el más cercano a Los Angeles. (Ver foto arriba del super bloom del 2010).
También hay lugares más chicos en Malibu, Santa Monica mountains y casi todo el sur de California.
Pero hay que apurarse, ya que para el mes de mayo probablemente todo vestigio de las flores habrá desaparecido.
Algo para tener en cuenta: miles de californianos tienen la misma idea que nosotros. Conviene ir temprano, si es posible evitar el fin de semana y armarse de paciencia para estacionar… ¡pero vale la pena! ¤