Antiguos guerreros convertidos en plantas
Cuenta la leyenda que los cardones que hay en los valles, en especial en el camino a Amaicha del Valle (Tucumán), en realidad son indios que, convertidos en plantas, aún vigilan los valles y los cerros.
Ellos velan por la felicidad de sus habitantes, que de esta manera nunca más serán perturbados por extraños que buscan conquistar sus tierras. Pero ¿cómo es que estos indios se convirtieron en plantas? Se cuenta que, en épocas de la conquista, el Inca, al ver que los españoles estaban dominando y martirizando a su pueblo, envió emisarios a los cuatro puntos del imperio para organizar sus tropas y así dar un golpe mortal al invasor.
Para ello, los guerreros se apostaron en puntos claves por donde pasarían los conquistadores, esperando la orden de atacarlos por sorpresa. Pero esta orden nunca llegó, pues los chasquis enviados fueron capturados en el camino y el Inca fue apresado, torturado y muerto.
Los valientes indios esperaron y esperaron; hasta vieron pasar a las tropas europeas... y ellos sin recibir la orden de atacar. Pasaron las horas y los días y ellos siguieron ahí, desolados, en sus puestos.
La Pachamama, piadosa, los fue adormeciendo y haciéndolos parte de ella. Así comenzaron a unirse sus pies a la greda y la Madre Tierra los cubrió de espinas para evitar que los dañaran en su sueño.
Se dice que aún hoy estos estoicos vigías esperan una orden que nunca llegará. ¤