Una emprendedora argentina que se dedica a ayudar a los más necesitados
Margarita Barrientos es la fundadora y sostén de la Fundación que lleva su nombre. Esta encantadora mujer ha sido reconocida como la más honesta de muchas emprendedoras que se dedican a ayudar a los más desprotegidos de la sociedad brindándoles nada más ni nada menos que lo más importante para la vida: comida.
La visitamos una radiante mañana del pasado mes de junio en su comedor de Villa Soldati, un lugar alejado y oculto donde miles de personas concurren diariamente a comer. Margarita y sus ayudantes recibieron a El Suplemento con una sonrisa esperanzadora, a pesar de que la zona luce intimidatoria para todos aquellos que jamás padecieron hambre. Mientras su grupo de voluntarios alimentaba a decenas de personas, ella contó la situación actual de su Fundación.
Margarita, ¿cuánta gente viene a comer aquí?
Nosotros tenemos acá comiendo, sentados, alrededor de 160 personas; después retiran viandas 240 familias. Y tenemos alrededor de 2300 ó 2400 personas a las que les brindamos desayuno, almuerzo y cena. También tenemos dos jardines: uno, “Thiago Andrés”, con 153 chicos y otro, “San Cayetano”, con 150. También tenemos el hogar de abuelos, donde comen 54 abuelitos que desayunan y almuerzan todos los días y retiran las viandas para las noches.
¿A quiénes les dan de comer?
El comedor atiende a todas las personas que vienen, todos los días. A todas. No hay distinción de ninguna clase.
¿Brindan otro tipo de ayuda?
Sí, asistencia médica. Todas las personas que vienen con alguna enfermedad se los atiende y se les da solución.
¿Cómo se financian?
Gracias a la ayuda de muchísima gente es que lo podemos hacer.
Con su experiencia de tantos años, llevando a cabo una misión tan noble ¿nos podría decir si actualmente viene más o menos gente que antes?
Viene mucha gente… en estos momentos viene mucha gente. Todos los días son distintas familias las que vienen. Se les trata de atender y dar lo que ellos más necesitan. Sobre todas las cosas vienen por alimentos.
¿Siempre vienen las mismas personas o se van renovando?
Van renovándose, algunos son los mismos, pero se van renovando día a día. Son familias nuevas, muchas de ellas vienen de la provincia de Buenos Aires, de Isidro Casanova y de más lejos. Algunos vienen de a más de 30 kilómetros. A ellos les damos de comer y les damos una bolsita de mercadería para que no vengan todos los días, con las complicaciones que tienen. Muchos vienen solo cuando pueden cargar la tarjeta SUBE para viajar. A ellos les damos una bolsa de mercadería una vez a la semana.
De acá, de la Ciudad de Buenos Aires, Villa Soldati, ¿vienen muchas personas?
Sí, sí, muchísimas, muchísimas. La mayor cantidad vienen de Soldati y de las villas de alrededor, porque tenemos varias villas importantes por acá: la Carrillo, la Villa 3 y de la Villa Los Piletones, que es donde vivimos nosotros.
Muchos tienen miedo de venir…
Pero acá la gente es muy cordial, la gente es muy educada. Como en cualquier otro lado, nada más da miedo el nombre “villa”. Pero ya le vamos a sacar el nombre “Villa” y vamos a poner el nombre “Barrio”.
¿Cómo soporta esto, Margarita? Año tras año dándole de comer a tantas personas con hambre. Porque es una correa sin fin…
Acá uno se acostumbra. Yo ya me acostumbré a ver que hay muchas necesidades.
Lo ideal sería que no existieran los comedores.
Sí, lo ideal sería que no existieran los comedores, que haya trabajo digno para la gente. Como yo siempre digo, la gente tiene que elegir lo que quiera comer y no yo elegir por ellos, ¿no? Eso sería lo ideal, eso es lo más maravilloso que puede existir. Si la gente tuviera un trabajo digno, donde no tuviéramos que levantarnos a la madrugada, lavarnos la cabeza e ir a trabajar. Yo creo que esa sería la parte más importante, la contención de la familia. Aparte que no se pierda la cultura del trabajo, que sigamos aprendiendo y dándoles el ejemplo a los hijos.
Pero desde hace décadas se perdió esa cultura del trabajo.
Por supuesto, así es. Yo creo que en los últimos años el gobierno que estuvo antes nos dejó en la ruina. Por eso se ha perdido la cultura del trabajo. A raíz de tantos planes sociales. Creo que los planes no tendrían que existir, y con ese dinero tendríamos que abrir empresas para que la gente trabaje, ¿no?
¿Cuáles son sus proyectos?
Yo ahora estoy construyendo un comedor en Santiago del Estero. Estuve trabajando todo el fin de semana largo, llevando 8.000 kilos de mercadería, entre ropa, medicamentos, comida, sillas de ruedas... todo lo que hemos conseguido a través de donaciones. Quedaron faltando seis sillas de ruedas, pero yo puse a voluntarios a arreglar algunas sillas rotas. Mi prioridad actual es trabajar en un pueblito abandonado de Santiago del Estero. Yo creo que los pueblitos han sido abandonados por completo por la falta de trabajo, cierres de obra... Porque la gente ya no construye. Entonces la idea es ir a trabajar allí. Ya hemos comenzado la construcción en un barrio muy humilde que se llama Colonia Osvaldo. Empezamos con un comedor y después vamos a seguir con un hogar de día para los abuelos. Y si Dios quiere construiremos un comedor-guardería.
¿El gobierno de Santiago del Estero colabora con la Fundación Margarita Barrientos?
No, por eso la idea mía es contar con la ayuda de Desarrollo Social de la Nación. Lo vamos a pedir, lo vamos a pedir…
¿Como está organizado el trabajo en los comedores?
Tenemos dos equipos cocinando. Uno por la mañana que hace el desayuno y el almuerzo. Y el grupo de la tarde que hace la cena. Merienda no doy, porque el tiempo no alcanza.
¿Alguno de los que trabaja en el comedor cobra sueldo?
No, todos los que trabajan son voluntarios. Ninguna de las personas que trabaja acá conmigo cobra un sueldo. Todos lo hacen “ad honorem”.
¿La acompañan desde hace tiempo?
Algunos voluntarios hace muchos años que están, como Miriam. Y hay nuevecitas también. Hay chicas maravillosas que entraron hace poquito. Algunas hace seis meses, otras un año.
¿Que los motiva a trabajar tanto?
Un compromiso muy importante con los que vienen necesitando ayuda.
Para los que deseen colaborar con esta obra:
Fundación Margarita Barrientos. Banco Credicoop Sucursal 32. Cuenta Corriente 032-597096/7. CBU 1910032255003259709678. CUIT 30-70744006-2 ¤