Avalanchas, aludes, violentos derrumbes con estrépito. La nieve comienza a precipitarse cuesta abajo arrasando todo a su paso. Son difíciles de predecir, ocurren repentinamente y de ahí su peligrosidad. Cuando se dan en la política, se dice, en sentido figurado, que arrasa con todo y con todos.
Y si de avalanchas se trata, qué mejor ejemplo que la iniciada por el ex secretario de Obras Públicas, un tipo hasta hace días nomás tan anónimo como lo sugiere su nombre. Si usted sigue la actualidad argentina, ya sabrá que el ex funcionario kirchnerista José López fue atrapado mientras intentaba saltar las paredes de un monasterio bonaerense con varias bolsas conteniendo millones de dólares. Para más detalles, lea nuestras secciones de Cifras y Se Dijo en Julio. El caso, tan bizarro por sus características policiales, conmovió a la sociedad argentina y le abrió los ojos a muchos. La avalancha a la que hacíamos mención se produjo dentro del kirchnerismo, ya que no solo despertó las críticas de varios dirigentes y militantes, sino que además sufrió el alejamiento de algunos sectores, como el Movimiento Evita, uno de los más activos en la calle. El caso le dio fuerza además a la avanzada de la justicia sobre otros dirigentes del pasado gobierno, como el ex ministro de Planificación Julio De Vido, el jefe inmediato de López, y puede llegar incluso a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, lo que sería la concreción del infierno más temido por ella, su familia y sus simpatizantes.
Del otro lado del Atlántico, Europa está convulsionada luego de que la mayoría de los votantes británicos aprobaran el Brexit, la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. Todo comenzó con una mala (malísima) movida política del primer ministro David Cameron, quien para frenar el avance del derechista partido UKIP e intentar mantener a los conservadores unidos tras su figura prometió la realización de este referéndum. Cameron ya adelantó su renuncia, y hoy derechistas franceses y holandeses reclaman un referéndum similar en sus países, Escocia e Irlanda del Norte reviven su intención de separarse de Gran Bretaña y como países independientes seguir formando parte de la UE. Y toda Europa mira con preocupación cómo los líderes fascistas, xenófobos y ultra nacionalistas de varias regiones aprovechan el momento para impulsar sus políticas. Si hasta nuestro propio Donald Trump anduvo por esos lados desparramando su entusiasmo por la situación. Lo cierto es que la separación de Gran Bretaña de la Unión Europea crea incertidumbre en todo el mundo, y los efectos comenzarán a sentirse por estos lados. Por lo pronto, el voto produjo un nuevo Viernes Negro en los mercados mundiales, con caídas de entre 8 y 10 por ciento en las bolsas de varios países.
Este alud europeo recién empieza. Lo mismo que otro a rayas de color celeste y blanco, uno que al cierre de esta edición iniciaba su descendente paso atronador desde el Met Stadium de Nueva York hacia el sur del continente. ¤