Un par de meses atrás, cuando las encuestas reflejaban que el candidato Barack Obama se encaminaba a convertirse en nuestro nuevo presidente, desde estas páginas expresamos nuestros recaudos frente a las enormes expectativas de cambio que generaba el entonces joven senador por Illinois. Sin embargo, luego de tan sólo un par de semanas en el poder, Obama ha demostrado caminar sus primeros pasos en la dirección correcta, es decir, la que la mayoría de sus votantes le demandaban.
Su primera medida de importancia fue ordenar el cierre de la nefasta prisión de Guantánamo que los Estados Unidos mantiene en territorio cubano y en donde se practican torturas y se detiene a los prisioneros sin otorgarles los derechos más elementales. Un gran primer paso para borrar otra mancha oscura en materia de derechos humanos en el país que siempre pretendió liderar el mundo libre.
Días después, concedió su primera entrevista como presidente a la cadena árabe Al-Arabiya, durante la cual expresó que “Estados Unidos no es un enemigo del mundo musulmán” y que está dispuesto a trabajar para recomponer "los errores que llevaron al deterioro de las relaciones durante la pasada administración". Obama declaró que espera poder llegar a gozar del "mismo respeto y mutua cooperación que los Estados Unidos mantenía con el mundo musulmán tan sólo unos 20 ó 30 años atrás, ya que no hay razones por las cuales no podamos restablecer eso".
Ambas medidas son un claro intento por recobrar el prestigio internacional perdido por el país durante los últimos ocho años del gobierno de George W. Bush. Resta ahora aguardar las medidas económicas que apunten a sacar al país del pozo en el que se encuentra, cosa que como él mismo ha advertido, no será cosa de unos meses. Obama sabe que la crisis económica aún no ha tocado fondo y que le espera un arduo camino en este sentido, pero al menos ha dado muestras, con sus primeras medidas, de que entiende que se trata de un problema global y que no se soluciona recompensando a los mismos bancos y sectores especulativos que provocaron la crisis, como se estuvo haciendo hasta ahora.
Mientras tanto, la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner desconcertó a todos, ya que se encontraba de visita oficial en Cuba el mismísimo día de la asunción presidencial de Obama. Si bien creemos que nuestro país puede beneficiarse con el intercambio con el país caribeño, sobre todo en los campos de la medicina y la educación, el momento escogido para su viaje ha sido, por lo menos, bastante cuestionable. ©