Desde aquel primer número de El Suplemento, impreso en blanco y negro con un exuberante dibujo de Pájaro en la tapa, hasta hoy, hemos recorrido todos, nosotros y ustedes, un largo camino hacia la consolidación personal y como comunidad inmigrante.
Desde aquellas doce páginas precariamente encuadernadas hasta hoy se ha dado un espectacular crecimiento que entonces no hubiésemos podido imaginar, un crecimiento que se debe no sólo a nuestro compromiso con la comunidad argentina de los Estados Unidos, sino sobre todo al apoyo de los anunciantes y a la fidelidad de nuestros lectores.
Al comenzar, no seguíamos la huella de nadie. Y es que no había huella, porque nadie había intentado hacer lo que estábamos haciendo por entonces. Abrimos el camino con las inseguridades del principiante, con la precariedad típica del emprendedor sin mayores recursos, pero con la convicción del que propone “poner el carro en movimiento, para que los melones se acomoden solos”. De a poco fuimos creando un cuerpo de redactores profesionales de primer nivel, que mes a mes le dan forma a las distintas secciones de la revista con notas que en muchos casos han sido destacadas incluso por importantes medios argentinos, tanto que algunos escépticos, acostumbrados a otra cosa, solían creer que los artículos publicados en la revista eran robados del Internet. Parece mentira, pero tuvimos que salir a aclararlo.
Más allá del producto en sí, que en definitiva puede ser bueno o malo de acuerdo a cada quien, nuestra intención fue siempre dedicar las páginas de El Suplemento a cubrir tanto la realidad de nuestro país como las actividades de los compatriotas que se han establecido por estas tierras, en lo posible generando el debate de ideas y fomentando el disenso de opiniones, no sólo entre los miembros del staff, sino incluyendo además a los lectores, que se expresan cada mes a través de sus cartas y correos electrónicos.
Desde un primer momento nos pareció fundamental que nuestra comunidad contara con un medio especializado, en donde se reflejaran los distintos aspectos de la experiencia argentina. Basta echarle una mirada a las tapas para entender que son como una síntesis, un resumen de lo que hemos vivido en todos estos años. Lo bueno y lo malo. Lo trivial y lo excepcional. Las esperanzas y las decepciones. Lo de aquí y lo de allá. Porque los inmigrantes somos gente de dos mundos, y nos afecta tanto lo que pasa en la tierra que nos vio nacer como en aquella en la que elegimos continuar con nuestras vidas y las de nuestros hijos.
Para muchos compatriotas en los Estados Unidos, El Suplemento es ya una tradición argentina más. Y eso nos llena de orgullo, responsabilidad y agradecimiento.. ©