Pincha Ofendido
Sr. Director: Desde ya, quiero felicitarlos por hacer un buen suplemento argentino, entretenido y creo que imparcial. Me pregunto si, a pesar de que no encontré tapas que refieran a algún logro (ganar un campeonato) de algún equipo de fútbol argentino, y tampoco alcanzo a ver si hay alguna mención de cuando Boca o River salieron campeones, ¿no debería haber aparecido un título del logro de Estudiantes en la tapa? ¿O al menos alguna nota un poco más importante?
Es sólo que, como simpatizante, no es algo que pasa cada año, y aun así como se presentaron las circunstancias, creería que es una noticia de mayor relevancia de la que le dieron en El Suplemento. Es sólo mi observación; tal vez pretendo demasiado, ya que el resto de El Suplemento en cada edición está fenomenal.
Desde ya, un próspero 2007 y espero no ofender a nadie con este mail.
Lucas H Gordon
ES: Estimado Lucas, estamos de acuerdo con usted: el campeonato logrado por el Pincha merecía más atención de nuestra parte, cosa que nosotros mismos habíamos notado. Si repiten este año, le prometemos nota de tapa.
BARRACAS, LA DE JIMENEZ
Sr. Director: Muchos de nosotros le pedimos favores a usted por ser el director de la revista.
Lamentablemente, muchos de nosotros nos olvidamos de agradecer a aquellos que nos conceden esos favores y terminamos diciendo “Bahh, es una gauchada nomás”, restándole importancia al hecho de hacernos ese favor.
Quisiera estar seguro de que aquí se rompe el molde, agradeciendo su cortesía de publicar el escrito sobre “El puentecito”, ese antiguo y mítico restaurante de Barracas. De mi Barracas querida, la de la grande y orgullosa avenida Montes de Oca, la de Angelito Vargas, quien le cantaba a tres esquinas, la de las cervecerías Munich, alrededor de Osvaldo Cruz y Montes de Oca, la del antes viejo depósito de Brenta y Roncoroni, hoy transformado en “Señor Tango”, Barracas la de la casa de Juan De Dios Filiberto, frente a la plaza Colombia.
La de la plaza Jorge, la de la estación Hipólito Yrigoyen, la de los cines Güemes, Social y Select Barracas. La del café La Armonía y el cine Eden, donde se mostraban películas del cine mudo y el pianista era el alma del lugar. La de la iglesia del Sagrado Corazón, donde el Cristo que se erigía sobre la cúpula del campanario se había quebrado en varias partes y era casi imposible bajarlo; la empresa “Poxipol” hizo una gran campaña publicitaria pegando el Cristo con su adhesivo, sin bajarlo de su sitio encima del campanario. Barracas de los hermanos Cañete, buenos boxeadores, de Luisito Aguile, de Sportivo Barracas y Barracas Central, Barracas, la de las líneas de colectivos 12 y 39, Barracas la de la pizzería Los Campeones, en Montes de Oca y Suárez, la de Alpargatas, fábrica de calzado y zapatillas de soga, empleador de muchísima gente, Barracas de la fábrica de chocolates “El águila” y las cremas heladas “Laponia”, la de la fábrica de dulces y conservas y hasta sidra, Noel.
Barracas, que tenía su “mini Once” por el vecindario de Patricios y Suárez, donde estaban los negocios de los comerciantes judíos, árabes y armenios. Barracas la de Boris, Pratolongo y la Fabril Financiera, la de Capacho, Trillola y los lecheros. Barracas de los puentes Pueyrredon y Victorino de la plaza.
Barracas, no confundirla con “Barracas al sur”, que era un término usado para describir a Avellaneda.
Muchas gracias, señor Garriga.
Atentamente,
Oscar Jiménez
ES: No es nada, Jiménez. Sucede que nuestro redactor Antonio Capressi ha sabido tomarse unas cuantas grapas acodado al mostrador de El Puentecito.
BORRACHOS Y ASESINOS
A tenor de la nota escrita por Miguel Eduardo Garriga el 2 de marzo de 2004, la "borrachera" se denominó en la España Medieval como "turca" (todavía existe como sinónimo en el Diccionario de la Real Academia Española) y luego cambiada por "curda" (que no es lunfardo) inspirada en Solimán "El Magnífico", oriundo de Kurdistán.
Los soldados que eran embriagados antes de la lucha eran de la secta ismaeliana, oriundos de Persia. Esa embriaguez provenía del hachís y los cruzados los llamaban "hachís-chin" (bebedores de hachís), cuyo plural es, aproximadamente, "hacha-chin", traducido como "asesino" (de ahí, el origen de ese vocablo).
Eduardo Scarso Japaze
ES: Bueno, con respecto al lunfardo, José Gobello, presidente de la Academia Porteña del Lunfardo- lo define como “Vocabulario compuesto por voces de diversos orígenes, que el hablante de Buenos Aires emplea en oposición al habla general”. Y la palabra “curda” es uno de esos vocablos. Gracias por compartir sus conocimientos con nosotros. †