A caminar
Por primera vez en mi vida fui a una reunión de la tan criticada Iglesia Universal y compartí las prácticas y plegarias de los presentes, De pronto el Pastor se acercó a mí, me miró fijo y me señaló con el dedo. Me arrodillé, el pastor puso sus manos sobre mi cabeza y exclamó con voz muy fuerte:
- ¡“Você va a caminhar!
Yo le contesté con un susurro...
- Mire que no tengo ningún problema motriz...
Él ignoró mi respuesta y casi gritando volvió a exclamar:
- ¡“Você va a caminhar!
Toda la gente, con las manos en alto, gritaba....
- ¡“Você va a caminhar! ¡“Você va a caminhar!
Intenté nuevamente explicarle que no tenía ningún problema con mis miembros inferiores, pero fue en vano...
El repetía cada vez más fuerte y con mayor energía:
- ¡“Você va a caminhar!” mientras la gente entraba en trance y me gritaba:
- ¡Hermano, “você va a caminhar!
Opté por callarme y no dije más nada.
Cuando terminó el acto dejé la Asamblea... y créanlo o no, ¡el Pastor tenía razón! ¡Me habían afanado el auto!
Amigazo
-Mi mujer ayer me dejó y se fue a vivir con Lucho, mi mejor amigo.
-¿Y desde cuándo Lucho es tu mejor amigo?
-Desde ayer…
Pura potencia
- Señor, ahora no hay Viagra de 50 mg, así que le vamos a dar de 100 mg para que la parta en dos.
- ¡¿A mi esposa?!
- No, señor, a la pastilla.
Ante la duda
Si tenes alguna duda, preguntale al dos o al tres. ¡Porque uno nunca sabe!
Funcionario
Don Alejo tenía un toro reproductor, el mejor toro de la región, y ese toro era su único patrimonio.
Los ganaderos locales descubrieron que el toro era el mejor reproductor de la zona, y comenzaron a alquilarlo para cruzar sus vacas, comprobando que de ese cruce salían los mejores terneros y el toro se convirtió en la única y principal fuente de ingresos del campesino.
Además, el toro era rendidor y rápido, no perdonaba a ninguna vaca que le pasara cerca, y parecía que nunca se cansaría de engendrar.
Un día, los ganaderos se reunieron y decidieron comprar el toro para no depender más de don Alejo. Un representante fue y le dijo:
-“Ponele precio a tu toro que te lo vamos a comprar”.
El campesino, que no quería perder su fuente de ingresos, pidió una cifra absurda para que fuera rechazada. Los ganaderos se quejaron al alcalde por el precio del animal, y éste, sensibilizado con el problema, compró el toro con fondos municipales, registrándolo como patrimonio municipal y poniéndolo al servicio de toda la comunidad.
El día de la inauguración de los servicios, los ganaderos trajeron sus vacas para que el toro las preñara. Le pusieron la primera, y nada.
-“Debe ser la vaca”, dijo uno. “Es muy flaca”.
Le trajeron una gran campeona holandesa, el toro la olfateó, y ¡nada!
Le pasaron el rodeo entero, pero el toro ni se inmutó.
El Alcalde, furioso, llamó al ex-dueño y lo increpó a solucionar el problema... ¡Se había gastado el dinero de los contribuyentes y no quería pensar que todo fuera una estafa más! Don Alejo se acercó al toro y le habló al oído:
- ¿Qué hacés, hermano? ¿No querés trabajar más?
El toro lo miró largamente... y desperezándose, le respondió:
-No me jodás, hermano, ¡ahora soy funcionario público!
Compartimos todo
Una pareja de ancianos va a un restaurante de comida rápida, donde con cuidado divide en dos la hamburguesa y las papas fritas. Un comensal sentado en la mesa de al lado siente pena por ellos y se ofrece a comprarle a la esposa su propia comida.
—No se preocupe —dice el anciano— nosotros compartimos todo.
Unos minutos después, el comensal se da cuenta de que la esposa no ha probado bocado.
—De verdad no me importa comprarle su propia comida —insiste.
—No se preocupe, ella comerá su parte —le asegura el anciano—. Lo compartimos todo.
Poco convencido, el hombre le pregunta a la pobre mujer:
—¿Por qué no come?
—¡Porque estoy esperando a que mi esposo me preste la dentadura!
La adivina sabe todo
En una feria, un hombre se topa con la tienda de campaña de una adivina. Pensando en pasar un buen rato, entra en ella y se sienta.
—Puedo ver que es padre de dos —dice la vidente, mirando su bola de cristal.
—¡Ajá! Eso es lo que usted cree
—dice el hombre con desdén—. Soy padre de tres.
—¡Ajá! —dice la adivina—. Eso es lo que usted cree.
Violencia en el arca
Cansada de esperar al final de la fila para entrar al Arca de Noé, una pulga brinca de animal en animal para acercarse al frente. Finalmente aterriza en el lomo de un elefante.
—¡Lo sabía! —le dice el paquidermo, irritado, a su pareja—. ¡Ya empezaron con los empujones!