Trump Presidente
Cuentan de un sabio que un día
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas hierbas que cogía.
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?;
y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo
las hierbas que él arrojó.
La vida es sueño. Obra de teatro.
Pedro Calderón de la Barca. Estrenada en 1635
El 2017 despierta ansiedad en todo el mundo porque asumirá la presidencia Donald Trump, que se le presenta al público planetario como el gran “cuco”. Cientos de opinólogos, politólogos, sociólogos, periodistas y especialistas de las más variadas profesiones alrededor del globo aseguran que nadie sabe, con certeza, qué hará Trump durante su mandato de cuatro años. Pero que es de temer. Que es un hombre extremadamente volátil y peligroso.
Por eso, todo el mundo está esperando ver cuáles serán las promesas de campaña que llevará a cabo el actual presidente electo. Muchos auguran un gobierno fuerte e impredecible. Otros remarcan con tono apocalíptico que Trump tendrá acceso a los botones nucleares y a las fuerzas armadas más poderosas del planeta, y que eso lo convierte en un peligro para la humanidad.
“Las fábricas y maquilas se instalan siempre donde hay millones de hambrientos, en cualquier rincón del mundo en donde hay millones de desamparados dispuestos a hacer el mismo trabajo en condiciones subhumanas”
Bueno, parece que toda esta multitud de opinólogos olvidan los hechos históricos más obvios: que desde el año1945 hasta la fecha todos los presidentes estadounidenses tuvieron el mismo poder en sus manos, un arsenal nuclear capaz de destruir toda la tierra en horas.
Afortunadamente nadie, nunca, apretó el supuesto botón rojo y seguramente Trump tampoco lo hará.
Además, si se habla de guerras, intervenciones y demás acciones militares “quirúrgicas”, los antecesores del presidente número 45 dejan mucho que desear, porque todos los que lo precedieron en el Salón Oval hicieron de las suyas. Someramente se pueden mencionar algunas de las más importantes: Truman en Corea, Eisenhower y Kennedy en Vietnam, Reagan en Grenada, Bush padre durante la guerra del golfo en Kuwait, y superando a su padre, Bush hijo invadió dos países: Irak y Afganistán. Sin olvidar las diversas operaciones militares en Somalia, Líbano, los Balcanes, etc. etc. impulsadas por sucesivos presidentes.
El nuevo mapa político
Observando el mapa del resultado electoral de las últimas elecciones se puede inferir que casi todo el centro y sudeste de los Estados Unidos apoyó a Trump. En esos estados centrales millones de norteamericanos perdieron sus trabajos por la famosa globalización, y la devastación producida por la desocupación los llevó a votar al nuevo presidente, porque es el único que declaró públicamente que tomará medidas copernicanas, de 180 grados, en la relaciones comerciales internacionales para que los desocupados estadounidenses recuperen los empleos que se exportaron a lo largo y ancho del planeta a países hambrientos donde sobra la mano de obra cuasi gratuita.
Las fábricas y maquilas se instalan siempre donde hay millones de hambrientos, en cualquier rincón del mundo en donde hay grandes masas de desamparados dispuestos a hacer el mismo trabajo en condiciones subhumanas, atroces, al límite de la esclavitud, por pocos centavos. A veces, únicamente por un plato de arroz.
Lo que hay que recordar es que no hay nada nuevo bajo el sol, porque ya Calderón de la Barca dijo exactamente lo mismo hace casi cuatro siglos en su genial obra “La vida es sueño”. Siempre encontrarás a alguien más pobre que tú.
Trabajo chino vs trabajo estadounidense
Una de las promesas de campaña de Trump fue que los productos Apple, entre otros, se fabricarían en los Estados Unidos. Al respecto, cabe recordar que en octubre de 2010, el actual presidente Barak Obama viajó a Silicon Valley donde se encontró con Steve Jobs. En esa oportunidad, Jobs afirmó que los Estados Unidos “estaba perdiendo su ventaja competitiva”. Hablaron durante menos de una hora, pero durante ese encuentro el mandamás de Apple le reclamó a Obama que su Administración debía “trabajar junto a las empresas”. Y como frutilla de postre, el genio de Cupertino colmó de elogios al gobierno de China, afirmando que en el gigante asiático “era muy sencillo diseñar y poner en funcionamiento una fábrica”, al contrario de lo que sucedía en los Estados Unidos donde “era casi imposible hacer lo mismo, fundamentalmente debido a las normas y a los costos laborales e impuestos”.
Jobs se abstuvo de mencionar que China es una dictadura comunista, donde no existen libertades políticas, un país que dispone de millones de campesinos hambrientos dispuestos a trabajar por monedas, donde no hay regulaciones de ningún tipo que proteja a los trabajadores y en ningún otro aspecto. Un solo ejemplo lo demuestra: la contaminación en China es tan alta que son pocas las ciudades que cumplen las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud sobre polución ambiental para que el aire que respiran millones tenga unos mínimos grados de pureza.
La idea de desplazar las fábricas para llevarlas a países con mano de obra barata o semiesclava no es nueva, pero encierra un riesgo mortal en su propia formulación, porque si todas las fábricas de los Estados Unidos se mudan a México, Sudamérica, Asia, África u Oceanía para abaratar costos, en pocas décadas no habrá suficientes estadounidenses con capacidad económica para comprar los millones de productos que lleguen de ultramar, aunque se vendan a precio vil.
“La idea de desplazar las fábricas para llevarlas a países con mano de obra barata o semiesclava no es nueva, pero encierra un riesgo mortal en su propia formulación”
Aparentemente, Trump quiere cambiar ese estado de cosas reformulando el actual comercio internacional para darles trabajo a los compatriotas desocupados. Según dijo el presidente electo, el primer día de su presidencia informará formalmente al gobierno de México su intención de “renegociar o abandonar” el NAFTA, como se conoce al pacto comercial que también incluye a Canadá, “para proteger a los trabajadores estadounidenses”. Y en la misma línea de acción, afirmó:“Voy a emitir una notificación de intenciones para retirar a los Estados Unidos de la Asociación Transpacífica” [TPP, de acuerdo a sus siglas en inglés].
Si Trump efectivamente lleva a cabo estas medidas, las guerras que se avecinan serán económicas, al menos en un principio, porque después nadie puede vaticinar donde terminarán. Lo que sí es de conocimiento público es que la historia nos enseña que casi todas las guerras militares comenzaron a partir de disputas económicas.
Porque siempre hubo pobres. Y pobres más pobres.
Uno de los hombres que habían sido muy ricos llegó a tal extremo de pobreza que un día se vio obligado a tener que comer altramuces y él pensaba que era desafortunado, lloraba angustiadamente pero sin dejar de comer altramuces, porque tenía mucho hambre. Pero se dio cuenta de que alguien estaba detrás de él comiendo las sobras que él dejaba. Con curiosidad le preguntó al desconocido ¿Pero qué haces comiendo las cascaras de los altramuces que yo desecho? Y el otro le respondió: “Lo hago porque no tengo otra cosa que comer”.
Conde Lucanor
Don Juan Manuel, Príncipe de Villena. Circa 1330 / 1335 •