La política y la Asociación del Fútbol Argentino. Un combo mortal

El fútbol (soccer) es el deporte más popular del planeta, y posiblemente sea el que más “pasión de multitudes” despierta. Por eso, además de ser un deporte, es un negocio fabuloso que genera miles de millones de dólares en concepto de copas del mundo, torneos internacionales y locales, partidos amistosos y sponsors.

Se calcula que los ingresos de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), el máximo organismo del fútbol mundial, entre los años 2011 y 2014 fueron de 5.718 millones de dólares. Y los ingresos de esa institución aumentan año tras año. Esa montaña de dinero y la propia conformación de la FIFA que, a todos los efectos prácticos es un organismo autárquico que no le rinde cuentas a nadie, resulta ser un preciado botín para los dirigentes del mundo relacionados con el fútbol. Por ello, todos están dispuestos a hacer lo imposible para ingresar a la organización, dirigir sus destinos y especialmente gozar de los beneficios que les brinda “pertenecer”. Y esto, como es de prever, fomenta todo tipo de actos ilegales. Esta es la razón por la cual la dirigencia de la FIFA fue removida hace poco tiempo y actualmente está siendo investigada por graves casos de corrupción a escala planetaria. Debido a las cifras colosales de dinero que maneja la FIFA y a la falta de auditorías sobre sus cuentas, las coimas están a la orden del día y alcanzan a figuras impensables, como el ex jugador francés Michel Platini, que debió renunciar a su cargo como presidente de la Unión Europea de Fútbol Asociado (UEFA).

La conexión local
   En nuestro país, lo que sucede con la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) es una copia calcada de lo que se ve a nivel mundial. La AFA también se encuentra sumergida en la más completa corrupción en todos sus estratos. Donde se busque se encontrarán negociados y actitudes delictivas, desde la cúpula hasta la base, y con la desgracia adicional de que a la corrupción se le suman muchas muertes relacionadas con la lucha de poder en el fútbol argentino, tanto de la dirigencia como de los mafiosos integrantes de las denominadas “barrabravas”, verdaderas organizaciones criminales que recaudan millones mediante la extorsión, reventa de entradas, comercialización de drogas, y trapitos que controlan el estacionamiento de los estadios, entre otras cosas. Asociados a los dirigentes del fútbol, los cabecillas de las barras bravas viajan libremente por el mundo con el pretexto de apoyar a los seleccionados de la AFA o de los clubes de los que se consideran “hinchas”. Las muertes originadas por el deporte más popular fueron sucediéndose a través de los años sin que nadie (dirigencia de fútbol, policía o políticos) le pusiera freno. Al respecto, cabe señalar que la asociación Salvemos al fútbol lleva contabilizadas 312 víctimas fatales relacionadas con este deporte entre el 30 de julio de 1922 y el reciente 2 de junio de 2016.
   Como en incontables países, el fútbol argentino mueve miles de millones de pesos porque es el deporte más popular del país. Dado que despierta la atención de multitudes, los políticos de toda especie y pelaje rondan permanentemente esa institución intentando sacar una tajada para su beneficio personal.
   Durante varias décadas el fallecido ex presidente de la AFA, Julio Grondona, (quien también era vicepresidente de la FIFA) manejó todos los hilos del fútbol argentino “a gusto y piacere”, sin rendirle cuentas a nadie, de acuerdo a sus propias reglas y con la complicidad de los distintos gobiernos que fueron sucediéndose a través de los años. Todos hicieron  la vista gorda a los tejes y manejes del máximo dirigente del fútbol nacional que se eternizó en el sillón presidencial de la Asociación del Fútbol Argentino  hasta el momento de su fallecimiento.

Fútbol y política
   La relación entre los dirigentes de la AFA y políticos kirchneristas fue tan turbia que la jueza federal María Servini de Cubría dictaminó hace poco tiempo el procesamiento de los últimos tres jefes de Gabinete del gobierno kirchnerista: Aníbal Fernández, Jorge Capitanich y Juan Abal Medina, en el marco de la causa por presuntas irregularidades en el programa Fútbol para Todos, un engendro político–deportivo que tenía el objetivo de brindar la transmisión gratuita de todos los partidos organizados por la AFA, aunque en realidad buscaba la excusa para emitir toneladas de propaganda política durante las emisiones televisivas.  
   Para comprender de qué se habla: Luis Segura, presidente de la AFA hasta hace pocos días, fue filmado por la cadena ESPN vendiendo entradas en el mundial de Brasil 2014. Ante la evidencia de las imágenes que lo captaron “in fraganti” tuvo que admitir que los dirigentes argentinos vendieron entradas durante el Mundial de Brasil, pero negó que las hayan revendido, y dijo estar “arrepentido de haberlo hecho”, agregando que “La FIFA nos había dado un sobrante de entradas y quisimos venderlas a gente que quería ir al partido, pero a precio oficial. Esa plata se la tenemos que dar a FIFA”,  admitiendo que “El error está cometido y me arrepiento de haberlo hecho. Sólo quisimos resolverle el problema a algunos”. “Cada vez que llegábamos con el plantel a un hotel, la gente quería ir al partido de cualquier manera y por eso les vendimos. No estábamos escondidos en ningún sótano y tratamos de hacerlo de forma ordenada”, explicó el directivo. Segura afirmó además que las entradas que vendió no eran de protocolo y que eran oficiales de FIFA.
   Para poner un poco de freno a las tropelías de los dirigentes del fútbol argentino, la FIFA desde el 21 de julio pasado designó un Comité Regularizador (o Comisión Normalizadora) que oficialmente se encuentra al mando de la Asociación del Fútbol Argentino, la cual está conformada por Armando Pérez como presidente, Javier Medín como vice, Carolina Cristinziano como secretaria y Pablo Toviggino en la tesorería. La misión de la misma será encargarse de la parte administrativa, elección del entrenador de la Selección Nacional, cómo se jugará el torneo, la revisión de los estatutos, y el llamado a elecciones.
   Aires de cambio y objetivos de transparencia son los objetivos. Pero los antecedentes de la abogada Carolina Cristinziano, una de las integrantes del Comité, no son demasiado buenos. En una  nota que publicó el diario Perfil en 2011 cuando le preguntaron si como mujer le daba miedo ir a la cancha, ella respondió: “¡No! Aparte siempre me peleo con la Policía. Todos los partidos de visitantes entro a los tiros, a veces sin entrada ¡y con el jefe de la barra!”. ¤