FÁBULA: LA MULA Y EL TIGRE
Una noche, en un claro del monte, la mula y el tigre discutían sobre cuál de los dos podía manejarse mejor en la oscuridad.
Hicieron algunas apuestas.
En una de esas se sacudió el tigre, y los dos gritaron, ¡un pelo!, ¡un pelo!
- Yo lo vi, - dijo el tigre.
- Yo le escuché el tropel, - explicó la mula.
El ojo del tigre había descubierto el pelo que volaba en la oscuridad, pero el oído de la mula lo había reconocido por la vibración que producía en el aire.
Nadie debe despreciar las cualidades ajenas:
pueden ser tan buenas como las propias.
LEYENDA: EL URUTAU o CACUY
Había una vez una joven tan amiga de divertirse, que todo lo olvidaba por una hora de entretenimiento.
Un día, mientras bailaba en una gran fiesta de la comarca, le avisaron que su madre estaba muy enferma y mandaba por ella. La muchacha se sobresaltó con la noticia, pero, como estaba acostumbrada a no privarse de ninguna diversión, el gusto pudo más que su deber de hija, y se quedó hasta el fin.
Cuando volvió a su casa, la madre había muerto. La muchacha la lloró a todas horas sin consuelo, y la Providencia castigó su culpa convirtiéndola en un ave de aspecto raro y siniestro: es el urutaú (1), que huye de toda presencia y vaga solitaria. En la oscuridad de la noche, y en el silencio de la selva, llora y llorará siempre con su grito extraño y lastimero.
(1) El urutaú o cacuy _Nictibus griseus.
Urutaú se llama en la región del N.E. argentino y cacuy en la del N.O. Urutaú es nombre guaraní, las etimologías propuestas por algunos autores no son claras.
El urutaú inspiró a Guido Spano su famosa Nenia.
Tomado del libro: Antología Folklórica Argentina para las Escuelas de Adultos - Consejo Nacional de Educación. (1940) ¤