Una familia argentina revive una pasión popular
Ben Hecht, prolífico escritor de guiones de Hollywood y Broadway, alguna vez comparó al tiempo con el circo; “siempre empacando y yéndose”, decía.
Y así, como el tiempo que pasa y se va, pero que siempre está en alguna parte, es la vida de cuatro generaciones de argentinos que hace ya años se hicieron famosos bajo en nombre The Flying Tabares.
En 1989, el trapecista Nelson Quiroga Tabares llegó con su familia a los Estados Unidos para trabajar en el Circo Vargas; “Con la troupe”, nos cuenta Nelson, “recorrimos toda América Latina, Europa y China”.
Cuando se enteró de que el dueño del circo pensaba en retirarse, Nelson y su esposa Katya se decidieron a comprar la compañía y encarar la dantesca tarea de revivir la pasión popular por el circo itinerante. A partir de entonces, los Tavares trabajan para mantener viva la tradición circense y al mismo tiempo adaptarla a los nuevos tiempos.
Nelson, Katya, sus tres hijas y el resto de la familia no solo deslumbran al público con sus increíbles actos; cada uno se dedica además a todos los aspectos del negocio y la producción.
Es interesante saber que “la carpa” que los cobija fue creada a mano en Milán, Italia, cuenta con 90 mil pies cuadrados de tela apoyados por 500 estacas y más de cuatro millas de sogas y cables. Armar esta estructura demanda el trabajo de 30 personas, quienes se encargan, después de la última función en cada zona, de desarmarla y dejarla lista para el próximo destino.
Malabaristas, equilibristas, trapecistas, magos, payasos, luces, color y sonidos... todo es parte del maravilloso espectáculo del Circo Vargas.
http://www.circusvargas.com/ (877) GOTFUN1