Mensaje que un sanmartiniano desearía enviarle a un Ministro de Educación

Sr. Ministro de Educación de la República Argentina, Sr. Alberto Sileoni
Sr. Ministro:
Como sanmartiniano de toda mi vida (desde mi juventud) me emocioné al leer informaciones periodísticas que Ud., en un acto del 17 de agosto, que no debió ser político pero lo fue, le dijo a los asistentes, en su mayoría niños, que Uds. tienen en ejecución los mismos ideales del Padre de la Patria y que es el proyecto que iniciara el Presidente Néstor Kirchner y que continúa su esposa Cristina, actual Presidente de la Nación. ¡Gran noticia! Esto significa que Uds. se comportan como Don José de San Martín aplicando sus ideas e ideales. Por lo tanto, desde este momento y en futuro, los argentinos veremos concretado lo que hemos esperado durante tanto tiempo. Es decir, que todos los habitantes verían, alegres y asombrados, lo que tanto San Martín y el pueblo anhelaron y anhelan. Nos basamos en la vida y en la prédica sanmartiniana para esperar a partir de ahora:
- Tener funcionarios puros, sin ninguna sospecha de actos ilícitos o malversación de fondos.
- No producirse más sospechosas compras de tierras fiscales a precios irrisorios. En la época del Libertador había muchas tierras y él no las compró a vil precio.
- Respeto a las diferentes opiniones.
- Funcionarios que den el ejemplo de vivir austeramente para que al abandonar los cargos muestren a nosotros, los gobernados, como lo hiciera San Martín, su vida estoica, sus ejemplos de conducta, su pobreza en el final de sus días, en contraste con tantos gobernantes contemporáneos a él, que nos dan y dieron la triste percepción de verlos ricos y haciendo alarde de sus riquezas mal habidas, en contra de los derechos de los pueblos, a los cuales el héroe siempre respetó.
- No veremos más usar a San Martín y a otros próceres para fines políticos como lo fue en 1950, año del centenario de su muerte. En ese año se usó esa fecha para clausurar diarios y revistas argumentando que no indicaron en las emisiones la leyenda: “1950 Año del Libertador General Don José de San Martín”. Casualmente, los diarios clausurados eran todos opositores. Me imagino que ahora no usarán esta estrategia, a pesar de que los argentinos tenemos poca memoria.
- Respetar y hacer respetar la Constitución y las leyes. Las mismas se hicieron para cumplirlas primero, pero no reformarlas para eternizarse en el poder. Sigan el ejemplo de México, en este aspecto, que lo mejor es “democracia efectiva; no reelección”.
- Que demuestren los funcionarios que hacen esfuerzos, como lo hicieron Sarmiento y San Martín, por la educación para todos los argentinos sin necesidad de usar las escuelas para influir políticamente en los niños y llevarlos a su redil. Me imagino que Ud., como responsable de la educación de los ciudadanos, tratará de que los niños desde tierna edad conozcan sus derechos y obligaciones en un ambiente de respeto y totalmente no partidario políticamente y que no acepten a los dirigentes populistas que llegan al poder usando los fondos públicos para lograr su apoyo.
Esperamos que Uds. como funcionarios que quieren seguir el derrotero fijado por San Martín sean amantes de las artes, respetuosos de las instituciones y capaces del renunciamiento si fuera necesario por el bien del país.
Si Uds. cumplen con los deseos de San Martín, todos, de cualquier signo político, apoyaremos vuestra patriótica administración.
Los sanmartinianos esperamos de los gobernantes pasados, presentes o futuros que den el ejemplo de austeridad y que al final de sus mandatos muestren al pueblo que vivieron con la austeridad suficiente para que podamos aplaudirlos.
Señor Ministro, Ud. sabe que la revista que publica este proyecto de carta es una entidad apolítica, pero resaltar las virtudes de nuestros patriotas no es hacer política sino informar a todos de la realidad para sentirnos orgullosos de nuestros héroes, que son pocos, pero muy importantes. Esperamos que vuestros esfuerzos para cumplir con los objetivos del Libertador no sean en vano. Es difícil pero no imposible. Solo hace falta un poco de estoicismo, como lo tuvo el General San Martín, que renunció a muchas cosas para favorecer al país.
Un saludo sanmartiniano de alguien que piensa en la juventud, esa juventud que muchos quieren conquistar, como en el acto del pasado 17 de agosto, con conductas non sanctas. Si bien no tengo muchas esperanzas de vuestra actuación, preferiría estar equivocado, y como nobleza obliga pedir perdón, por no creer lo que me quieren hacer creer. ¤