“La música es como la banda sonora de nuestras vidas, a veces se encuentra a la vanguardia de nuestra atención y en otras ocasiones deriva en música de fondo, llenando el espacio detrás de cualquier tarea para ayudar a aliviar el aburrimiento. La música entra en nuestras vidas a través de la televisión y el cine, se filtra a través de la acción dramática, nos invade en la publicidad descarada; nos acompaña mientras hacemos ejercicio, viajamos, trabajamos. Está presente en los juegos de video, cuando navegamos en Internet, y, como consecuencia, la música deviene en una parte de nuestro viaje por la vida, manteniéndose unida a nuestra conciencia como el más fuerte de los pegamentos.”
Traducción libre al español del blog Latin Jazz Conversations: Pablo Aslan, The Latin Jazz Corner
Tango Grill nace por obra y gracia de Pablo Aslan, un argentino que alimenta el espíritu musical de New York, a través de su innovadora perspectiva musical. Eso a lo que la mayoría no se anima, la recreación de estilos musicales clásicos y con ellos el darle forma a nuevos estilos híbridos que marcan hitos y acunan espacios nunca antes recorridos, es lo que llevó a Pablo Aslan a ser el único argentino nominado a la 53ª. Edición de los Premios Grammys 2011, que se otorgaron el pasado 13 de febrero, en la categoría 49, Best Latin Jazz Album.
Bajista y músico de jazz por iniciativa propia, sintió la pasión por la música de muy chico aunque no venía de familia de músicos, salvo por su abuela, una profesora de piano a quien él nunca escuchó tocar. De adolescente coquetea con la música rock y se enamora del bajo eléctrico. Su carrera se desarrolla a partir de un camino musical que comprendió el rock nacional argentino (Sui Generis, Aquelarre, Crucis), los Beatles, el “rock progresivo” (Yes, Génesis, King Crimson, Gentle Giant) y eventualmente el jazz (Coltrane, Miles Davis, Charles Mingus), sin dejar de lado los conciertos de la Sinfónica de Buenos Aires y el impacto que Tchaikovski y Bach causaron en su formación musical.
Cuando llegó la hora de decidir, eligió el contrabajo y el jazz. Pero fue su primer maestro argentino, Eduardo Alegre, quien le hizo ver que se podía ser lírico y virtuoso con ese instrumento gigante.
Enamorado del jazz y del bajo, y con el corazón en el tango, Pablo comienza a darle forma a la fusión: “El uso del arco en el tango, y del pizzicatto en el jazz es la diferencia fundamental. El rol del instrumento es también distinto, ya que en el jazz comparte el rol rítmico con la batería. En el tango el bajista es el pilar fundamental del conjunto, y también tiene mucho que ver en la fluctuación del tiempo y del ritmo que es tan característico. Es la combinación perfecta entre lo clásico y lo popular. En mi estilo trato de combinar todos estos atributos; esa ha sido mi búsqueda y mi meta como contrabajista”.
Pablo nos cuenta que allá por los ‘90s llegó a Nueva York, y que no ha habido ninguna época mejor que esa década en términos de trabajo. Y que actualmente existe una dicotomía entre el interés por el tango, la aceptación cada vez mayor del tango moderno y la mayor cantidad de músicos que lo interpretan, cuando a la vez hay menos milongas y conciertos de los que abundaban allá por el final del siglo pasado.
Sus producciones anteriores son un poco la muestra de su evolución: Avantango fue su primer álbum grabado en Nueva York con músicos argentinos residentes aquí, con música de Piazzolla y música propia; luego vino Buenos Aires Tango Standards, grabado en Buenos Aires, con el que armó un grupo de músicos que entendía perfectamente lo que él quería hacer. Y de esa experiencia nace Tango Grill, la culminación de la fusión de sus amores, el tango y el jazz, pero experimentada de una manera diferente y personal: la interpretación espontánea, sin arreglos. Toma entonces esa forma musical híbrida conocida como Tango Jazz, convoca a un grupo musical de veteranos excepcionales, que incluía algunos músicos de tango con otros con experiencia musical en jazz, y los pone a grabar en estudio… sin previo aviso y con la única directiva de usar su imaginación. No genera un cambio significativo en el jazz, pero sí un enorme desafío en cuestión de tango. “Tango Parrilla” es un ejercicio de improvisación musical en el que se pone toda la experiencia musical del jazz y del tango junta y sin aditamentos, en el asador musical. Música de estilo experimental con presencia suficiente para competir por el Grammy con músicos de la talla de Chucho Valdez.
Pablo Aslan nutre su pasión tanguera y su creatividad musical yendo a Buenos Aires un par de veces al año y trayendo músicos nativos a tocar con él en Nueva York. En su horizonte musical hay proyectos que incluyen la combinación, como el tango de Piazzolla con el Jazz de Ornette Coleman, y el armado de una orquesta de tango bailable, con clásicos de D’Arienzo, Di Sarli y Biaggi, entre otros.
“Con mi teléfono todavía zumbando en mi bolsillo con llamadas de felicitación, toqué mi bajo como si estuviera flotando en una nube. Fue emocionante celebrarlo de esta manera, mi instrumento y yo, haciendo aquello a lo que he dedicado mi vida, sabiendo que había logrado el reconocimiento de mis pares. Ser nominado para un Grammy ha sido un logro histórico para mí y mi música. Cuando me puse a combinar mi amor por el jazz y por el tango, en lo que ahora se llama Tango Jazz, yo sabía que estaba delineando las bases de un nuevo camino creativo.”
Tango Grill recibió también una nominación al Premio al Mejor Álbum de Tango en la 11ª. entrega de los premios Grammy Latinos en noviembre 2010. ©
Nominaciones para la 53˚ entrega de los Premios Grammy en la categoría Mejor Álbum de Jazz Latino, Vocal o Instrumental.
Ganador: Chucho Valdés y The Afro-Cuban Messengers, con el album “Chucho's Steps”
Fueron Nominados:
1. TANGO GRILL, Pablo Aslan
2. SECOND CHANCE, Hector Martignon
3. PSYCHEDELIC BLUES, Poncho Sanchez
4. CHUCHO'S STEPS, Chucho Valdés and The Afro-Cuban Messengers
5. ¡BIEN BIEN!, Wayne Wallace Latin Jazz Quintet