El presidente Barack Obama llegó a la Casa Blanca gracias a un pueblo hastiado con los desastres producidos por su antecesor George W. Bush, y con tres demandas fundamentales: la primera, enderezar la economía acabando con la megacorrupción impulsada desde las más altas esferas del poder económico; la segunda, aplacar la sed de guerra promovida por la industria armamentista y sus aliados internos y externos; la tercera, idear un plan de salud universal para que toda persona que lo necesite pueda acceder a atención médica aunque no tenga recursos económicos para pagarla.
En estos días, Obama acaba de cumplir con la tercera de estas demandas. Luego de una dura batalla en el Congreso, los demócratas consiguieron aprobar una legislación histórica que considera la salud como un derecho básico de todo ciudadano de este país. Este proyecto de ley, consideró Obama, llega luego de "un año de debate y un siglo de intentar" brindarle cobertura médica a casi todos los habitantes de esta nación.
La exitosa votación le da al presidente su principal victoria política desde que asumió en su puesto, hace ya más de un año, y podría significar una importante plataforma de poder para promover otros cambios fundamentales, resistidos, como éste, por la oposición republicana. De hecho, ninguno de los representantes republicanos votó a favor de la reforma de salud, y prometen seguir dando batalla junto a las poderosas compañías aseguradoras para lograr torcer el rumbo de esta ley.
"Go for it", replicó Obama. "Adelante; si quieren dar esa pelea, podemos defendernos, porque no creo que el pueblo estadounidense desee poner a la industria de las aseguradoras otra vez en control".
Con esta iniciativa, Estados Unidos intenta ponerse a la par de las sociedades más avanzadas del mundo y remendar una vergonzosa historia de negligencia, discriminación y abusos a uno de los más básicos derechos humanos. Aún queda mucho por hacer, pero caminando en la dirección correcta pronto podremos decir: "Bienvenidos al Primer Mundo".©