Ícono del folk y rock nacional
El nombre Raúl Alberto Antonio no hará sonar ninguna campanilla a la hora de reconocer a algún músico argentino, por más famoso que sea. Sin embargo, es el verdadero nombre (o nombres) de uno de los máximos ídolos del folk y el rock nacional. Ahora, si decimos León, no caben dudas de quién se trata.
León Gieco debutó artísticamente en 1973 con su disco homónimo, presentando canciones como En el país de la libertad, Hombres de hierro y Todos los caballos blancos, que perduraron como clásicos en su obra. El disco tuvo un gran recibimiento por parte de la crítica, que lo bautizó como el “Bob Dylan argentino”. Quizás para confirmar esta equivalencia, su segundo disco, La banda de los caballos cansados, era una referencia al All the tired horses, del disco Self Portrait que Dylan había lanzado en 1970.
Ya con la dictadura militar instalada en el poder, Gieco lanzó El fantasma de Canterville, un disco que a pesar de haber sido censurado alcanzó un gran éxito de ventas. Sin embargo, sería su próximo álbum, IV LP, el que traería su himno más recordado, Solo le pido a Dios, un tema que perduró en el tiempo, y que además de haber sido interpretado luego por incontables músicos, figura hoy entre las canciones más emblemáticas de la música popular argentina.
Ya consolidado como una de las figuras más importantes del rock y el folk local, Gieco editó discos como Pensar en nada, los ambiciosos De Ushuaia a La Quiaca, Bandidos rurales, Por Favor, perdón y gracias, y El desembarco.
Durante este 2020, Gieco tenía planeados varios conciertos y giras, entre ellos el Cosqín Rock y una gira por España, pero la pandemia del coronavirus pusieron sus actividades en suspenso.¤