Con la desorientación de los desinformados, los últimos discursos de la presidenta argentina parecen inspirados durante una estadía en las “Nubes de Úbeda” (frase que consagrara don Vicente Saadi en un debate memorable con Dante Caputo).
Cristina Kirchner sufre de alguna alteración que la hace vivir en una realidad virtual; de allí surgen la mayoría de las declaraciones que viene haciendo últimamente. En las pasadas semanas, durante su viaje por los Estados Unidos, este escenario irreal se vio potenciado, dado que realizó declaraciones ante cuanto micrófono, grabadores y cámaras le pusieran enfrente.
Cristina no sólo es una fanática de la pilcha, sino que le encanta escucharse, por eso cada vez que tiene la oportunidad se convierte y pontifica, diciendo cosas que realmente llaman la atención; cosas totalmente refutables, pero como ella se cree una gran disertante no para, y dice... y dice... dejando la triste impresión ante la mirada del mundo que la Presidenta de la Nación vive efectivamente en una burbuja.
Pero el problema no es sólo lo que dice, sino la soberbia con la que se expresa.
"La inflación no es un problema en la Argentina", dijo ante alguno de los tantos auditorios donde disertó, y ante la repregunta de algún incrédulo, ella agregó: “Los datos son absolutamente verificables y coinciden con los de las principales consultoras".
El problema es que cuando una declaración es tan irreal, lisa y llanamente se puede decir que está mintiendo, o como dicen muchos, “Lo más grave de todo esto es que el matrimonio gobernante está convencido de que están haciendo las cosas bien. No asumen la realidad ni a palos y se llevan puesto el país”.
Mientras Cristina Fernández desafiaba en Nueva York a los empresarios estadounidenses que cuestionaban las estadísticas de inflación, una encuesta entre empresas argentinas reveló que el aumento de precios percibido alcanza a 24%, casi tres veces la medición oficial. El 98% de los formadores de precios consideró además que la política anti-inflacionaria oficial es poco o nada eficaz. Las compañías que toman las decisiones de fijar precios aseguraron que la inflación no es del 9,3%, como afirma el INDEC, sino del 24%. El estudio Sel Consultores, en el mismo período del año pasado, estimó una inflación del 16,5% y en el relevamiento realizado en las grandes compañías para el tercer trimestre de este año se llegó a la triste conclusión del 24%.
Aún distante de la medición del organismo intervenido por la Secretaría de Comercio en el 2007, el proyectado de la inflación realizado por dichas empresas representaba sólo el doble que el del INDEC (8,6% contra 16,5%). En un año, la brecha entre ambas mediciones se alargó de 8 a casi 15 puntos porcentuales.
Lo dicho en las encuestas es refrendado por los trabajadores del INDEC enrolados en ATE, que criticaron duramente la posición de Cristina Fernández de Kirchner y denunciaron que "el Gobierno ratifica su rumbo en el desmantelamiento del Instituto".
"Es una completa falsedad que las estadísticas de las consultoras privadas dan igual que las del INDEC”, señaló el delegado de ATE Raúl Llaneza. "La inflación da el triple. Para eso, no es necesario mirar a las consultoras privadas, basta con tomar los datos públicos provinciales que triplican el dato del INDEC intervenido por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y acumula un 20% en el año".
Pero para saber que esto no es cierto no necesitamos de especialistas ni empleados del INDEC, sino que se ve en la sensación de la gente.
En otras situaciones de inflación en nuestro país, había comentarios sarcásticos de cómo la gente sentía que se armaba el índice inflacionario, que decían más o menos así: “La semana pasada fui a comprar gofio y el vendedor me dijo que no tenía, pero el precio de lista no fue modificado. Ayer salí de compras y en la perfumería pedí gomina Brancato, no había en stock, pero el precio es el mismo de siempre. Por último fui a la ferretería a comprar papel engomado para matar moscas; en ese momento no había, pero el ferretero me dijo que cuando llegue, viene con el mismo precio que en la última entrega (1989)”.
Siempre se supo que los índices se manejan, aunque lo de este gobierno es la exageración total.
"El Primer Mundo se derrumba como una burbuja, mientras la Argentina sigue firme." La frase, tan jactanciosa como ingenua, no sólo reveló una particular manera de la presidenta Cristina Kirchner de interpretar las reglas de la física, sino que, presa de su afán por tomar revancha contra el capitalismo, la primera mandataria ironizó sobre las desgracias del mundo capitalista, sin advertir que ellas constituyen nuestras propias penurias.
Por último, en este mini compendio de frases poco felices de nuestra presidenta en su viaje por Estados Unidos, tenemos una más: cuando Cristina Kirchner volvió a pecar por su soberbia ante los empresarios norteamericanos. "Creo que los primeros que tienen que tener un plan B son ustedes y Europa, porque nuestro plan A está funcionando”.
Quienes piensan que en la Argentina kirchnerista no hay un proyecto de país, sino tan sólo un proyecto de poder, estarán preguntándose todavía, tras conocer las declaraciones de la Presidenta, cuál será el plan A.
Sra. Cristina, usando dichos populares, no hay que mirar la paja en el ojo ajeno, ni que el mal de muchos sea consuelo de tontos. Estados Unidos ha tenido seguramente el peor gobierno de los últimos años y es de esperar que en las urnas el pueblo estadounidense le de un sopapo a los culpables de esto. Pero los argentinos no estamos para pontificar, porque mirando alrededor: ¿Por casa cómo andamos...? ©