Protagonista de las costas patagónicas
Estrella indiscutida de la temporada ballenera en las costas patagónicas de la Argentina, la Ballena Franca Austral (Eubalaena australis), como lo indica su nombre, habita en los mares del sur.
En nuestro país, se las encuentra en todo el litoral marítimo, desde el norte hasta las aguas de la Antártida. Desde fines del otoño hasta fines del invierno austral, estas ballenas migran hacia las costas patagónicas para reproducirse y criar a los ballenatos, produciendo un gran espectáculo para turistas de todo el mundo que viajan hacia la zona de Península de Valdés y alrededores solo para verlas.
La ballena austral se alimenta de zooplacton y krill, que consumen en grandes cantidades para mantener las funciones biológicas de un enorme cuerpo que puede llegar a pesar hasta 70 toneladas.
En cuanto a sus características morfológicas, la ballena austral es de color oscuro con manchas blancas en el vientre, su cabeza ocupa más de un cuarto del largo total de su cuerpo, posee dos orificios respiratorios que provocan una notable expulsión de agua en forma de letra “v”, y los machos poseen los testículos más grandes del reino animal, llegando a pesar cerca de una tonelada cada par.
Debido a sus lentos desplazamientos, los antiguos pescadores de ballenas las llamaron francas, ya que son muy fáciles de cazar, característica que las hacía sumamente vulnerables y las puso al borde de la extinción. Hoy en día, su caza está prohibida y sus números se están recuperando, aunque la caza furtiva no se detiene.¤