Es bien sabido que a Juan Bautista Alberdi (1810- 1884) se lo considera el “Padre de la Constitución Nacional Argentina” porque en 1852 publicó las Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, el libro que inspiró a los constituyentes que sancionaron nuestra Constitución Nacional de 1853.
Pero lo que no es tan conocido es que Alberdi menciona en su obra que la Constitución del estado de California de 1849 era el mejor modelo a seguir para lograr el desarrollo de nuestro país. Algo que, lamentablemente, nunca sucedió.
En Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, Alberdi manifiesta reiteradamente la admiración que profesaba por el gran país del norte:
“Los Estados Unidos pueden ser muy capaces de hacer un buen ciudadano libre, de un inmigrado abyecto y servil, por la simple presión natural que ejerce su libertad, tan desenvuelta y fuerte que es la ley del país, sin que nadie piense allí que puede ser de otro modo”.
Pero es en el Capítulo XI, titulado “Constitución de California”, donde el abogado tucumano analiza la constitución californiana y la propone como ejemplo a imitar:
“Tengo la fortuna de poder citar en apoyo del sistema que propongo el ejemplo de la última Constitución célebre dada en América: la Constitución de California, que es la confirmación de nuestras bases constitucionales. La Constitución del nuevo Estado de California, dada en Monterey el 12 de Octubre de 1849 por una convención de delegados del pueblo de California, es la aplicación simple y fácil al gobierno del nuevo Estado del derecho constitucional dominante en los Estados de la Unión de Norte América. Ese derecho forma el sentido común, la razón de todos, entre los habitantes de aquellos venturosos Estados”.
“Sin universidades, sin academias ni colegio de abogados, el pueblo improvisado de California se ha dado una Constitución llena de previsión, de buen sentido y de oportunidad en cada una de sus disposiciones. Se diría que no hay nada de más ni de menos en ella. Al menos no hay retórica, no hay frases, no hay tono de importancia en su forma y estilo: todo es simple, práctico y positivo, sin dejar de ser digno”.
“Hace cinco años (él escribe en 1852) eran excluidos de aquel territorio (California) los cultos disidentes, los extranjeros, el comercio. Todo era soledad y desamparo bajo el sistema republicano de la América española, hasta que la civilización vecina, provocada por esas exclusiones incivilizadas e injustas, tomó posesión del rico suelo y estableció en él sus leyes de verdadera libertad y franquicia. En cuatro años se ha erigido en Estado de la primera República del universo el país que en tres siglos no salió de obscurísima y miserable aldea”.
“El oro de sus placeres ha podido concurrir a obrar ese resultado; pero es indudable que, bajo el gobierno mejicano, ese oro no hubiera producido más que tumultos y escándalos entre las multitudes de todas partes agolpadas frenéticamente en un suelo sembrado de oro, pero sin gobierno ni ley. Su constitución de libertad, su gobierno de tolerancia y de progreso, harán más que el oro, la grandeza del nuevo Estado del Pacífico. El oro podrá acumular miles de aventureros; pero sólo la ley de libertad hará de esas multitudes y de ese oro un Estado civilizado y floreciente”.
“La Constitución de California declara que ningún contrato de matrimonio podrá invalidarse por falta de conformidad con los requisitos de cualquiera secta religiosa, si por otra parte fuere honestamente celebrado. De ese modo la Constitución hace inviolables los matrimonios mixtos, que son el medio natural de formación de la familia en nuestra América, llamada a poblarse de extranjeros y de extranjeros de buenas costumbres. Pensar en educación sin proteger la formación de las familias, es esperar ricas cosechas de un suelo sin abono ni preparación”.
“La Constitución obliga a la legislatura a estimular por todos los medios posibles el fomento de los progresos intelectuales, científicos, morales y agrícolas.
Aplica directa e inviolablemente para el sostén de la instrucción pública una parte de los bienes del Estado, y garantiza de ese modo el progreso de sus nuevas generaciones contra todo abuso o descuido del Gobierno.
Hace de la educación una de las bases fundamentales del pacto político”
“No se ha procurado analizar la Constitución de California en todas sus disposiciones protectoras de la libertad y del orden, sino en aquellas que se relacionan con el progreso de la población, de la industria y de la cultura. Las he citado para hacer ver que no son novedades inaplicables las que yo propongo, sino bases sencillas y racionales de la organización de todo país naciente, que sabe proveer, ante todo, a los medios de desenvolver su población, su industria y su civilización, por adquisiciones rápidas de masas de hombres venidos de fuera, y por instituciones propias para atraerlas y fijarlas ventajosamente en un territorio solitario y lóbrego”.
Alberdi, como otros grandes próceres y pensadores argentinos del siglo XIX, murió en el exterior. Falleció en París el 19 de junio de 1884.
Desafortunadamente, sus ideas para imitar el modelo californiano a fin de que Argentina se convirtiera en una nación desarrollada, no fueron puestas en práctica por ninguno de los gobiernos que se sucedieron desde 1853.
Y eso que las explicitó claramente:
“La ley fundamental de California, tradición de la libertad de Norte América, está calculada para crear un gran pueblo en pocos años”. ©