Guillermo Bordarampé fue en el final de los años sesenta en Argentina, integrante y co-fundador del legendario "Arco Iris", grupo que fuera uno de los primeros, junto con Los Gatos, Manal, y Almendra, en cantar rock con letras en castellano, dando así apertura a una manifestación artística totalmente original y única que aquí se ha dado en llamar "Rock en Español".
Hoy Guillermo, radicado en los Angeles desde 1978, se encuentra ante una floreciente carrera como solista, compositor, productor y como fundador de un sello discográfico independiente que es una puerta abierta para que el folclore latinoamericano haga su entrada en el mercado estadounidense.
E.S.: ¿Cómo fue tu transición del rock al folclore y del folclore a la música que estás haciendo ahora?
G.B.: Arco Iris, aunque era una banda de rock, incorporó elementos folclóricos por primera vez en cuanto a la temática, la instrumentación, la rítmica y las líneas melódicas. En ese sentido fue un grupo totalmente renovador, con una propuesta bien diferente. Ese trabajo y los viajes que realizamos con Gustavo (Santaolalla) al norte del país me abrieron la cabeza y empecé realmente a sentir el folclore, ya que hasta el momento mis ídolos eran los Beatles, los Stones, Zappa, mientras que el folclore y tango estaban totalmente fuera de mi espectro. Cuando me separé del grupo en el '82 me metí de lleno en el folclore no sólo argentino sino también peruano y latinoamericano en general.
E.S.: ¿Tocar con folcloristas en esta etapa te sirvió para desconectarte un poco de toda la experiencia Arco Iris y encontrar tu verdadera identidad?
G.B.: Claro, mientras me reencontraba conmigo mismo por así decir, formé "Inca", un grupo que se dedicó a dar a conocer el folclore especialmente peruano y argentino en el ámbito estudiantil, en universidades, escuelas y centros culturales en todo Estados Unidos. Eso me conectó más todavía con lo folclórico y me dio la oportunidad de tocar con músicos de otra onda a la que yo estaba acostumbrado.
E.S.: Y entonces tu primer disco solista "Ultimo Mate" vendría a representar esa madurez musical en que lo roquero, lo jazzero y lo folclórico ya están como cristalizados dentro tuyo?
G.B.: Si, y el tango también. Porque utilizo mucho el bandoneón ya que me identifico mucho con ese sonido. Y también hay instrumentos étnicos como zampoñas, quenas y charango. A través de los años empecé a tomar diferentes ideas con las cuales podía trabajar musicalmente aunque pertenecieran a diferentes estilos. Como compositor y como músico trato de usar todo el conocimiento y los sentimientos que he adquirido con el tiempo. El folclore, el tango, el rock, el pop y el jazz, me guste o no, forman ya parte de mí. Y en "Ultimo Mate" quise volcar todos esos sentimientos.
E.S.: El disco está editado por el sello Pachamama Music, tu propio sello independiente. ¿Cuál es la propuesta de Pachamama Music?
G.B.: Pachamama Music es un sello abierto a editar música folclórica latinoamericana tradicional en su forma original, y también folclore con más proyección, en que aparezcan otros elementos. De hecho, además de mi disco "Ultimo Mate", hemos editado "Araucana" del quenista Ulises Pineda que está dentro del contexto folclórico pero juega con otros elementos, como un tema que se llama "La Danza del Sufi" que tiene un clima que te transporta al medio oriente, o sea que definitivamente muestra una proyección.
E.S.: ¿Cuál es el hueco que Pachamama Music viene a llenar en el mercado discográfico de Estados Unidos?
G.B.: Lo que esperamos con Pachamama Music es dar a conocer el folclore latinoamericano y de proyección aquí en los Estados Unidos y que pueda finalmente salir en forma masiva en este medio.
Guillermo Bordarampé: "ULTIMO MATE" Imposible de definir y de etiquetar, este es un disco que definitivamente hay que escuchar. La música, como los perfumes, nos transporta virtualmente a través del tiempo y del espacio, y los once temas de este álbum nos hacen viajar por lugares y sensaciones que teníamos olvidadas. Guillermo Bordarampé, autor, arreglador y productor de todos los temas nos entrega un trabajo rico y elaborado pero sin pretensiones, cargado de sentimiento y colorido, pero que por sobre todo denota una delicada musicalidad. Este es un disco para los que "no somos de acá ni somos de allá", o tal vez sería más apropiado decir que es un disco para los que somos de acá y somos de allá, o mejor aun sería decir que es un disco para nosotros. No se lo pierdan.