Pasada ya la sorpresa por el resultado electoral, relajando la euforia algunos y masticando la bronca otros, Argentina abre un año con las expectativas de que la vida por allí se vuelva, si no un camino de esperanza y nuevas oportunidades de progreso, al menos un tanto más predecible.
Con su enfoque sumamente ideologizado, las primeras semanas de gobierno del presidente Javier Milei han sido una montaña rusa de anuncios de reformas grandilocuentes entre los que se destaca su Decreto de Necesidad y Urgencia, idas y vueltas, controversias y sobre todo, como se diría en el boxeo, un round de examinación del rival, en el que el gobierno y los opositores más acérrimos miden sus fuerzas a través de declaraciones mediáticas y algún que otro amague de uppercut al mentón.
En efecto, el primer mes de Milei en el cargo ha estado marcado por una avalancha de órdenes ejecutivas e iniciativas legislativas destinadas a reactivar la economía y abordar cuestiones de larga data, como el control de la calle y los límites a las manifestaciones y piquetes.
En lo que se refiere a las reformas económicas, se anunciaron medidas para liberar los mercados y atraer la inversión extranjera. Un enfoque clave ha sido reducir los obstáculos burocráticos para las empresas y fomentar un entorno propicio para el espíritu empresarial. También anunció una reforma fiscal integral destinada a simplificar el sistema tributario y aligerar la carga tanto para las empresas como para los individuos. Los críticos argumentan que tales cambios podrían conducir a una desigualdad de ingresos, pero Milei insiste en que una economía más dinámica beneficiará a todos en el largo plazo.
Como era de esperar, la lucha por el control de la calle y la seguridad está liderada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, otrora oponente de Milei en la carrera presidencial. Bullrich declama “mano dura” contra el delito, aunque siempre con esas lagunas que dejan las consignas, hasta que se tomen medidas concretas y los efectos se perciban en las calles. En este sentido, algunos grupos piqueteros ya han comenzado a marchar contra los cambios al sistema de bienestar social, algo que nadie espera que llegue a su fin en un futuro cercano.
Para sorpresa de nadie, el enfoque radical de Milei ha generado controversia y enfrentado la oposición de varios sectores. Los críticos argumentan que las políticas del presidente pueden afectar desproporcionadamente a las poblaciones vulnerables, mientras que otros expresan preocupación por la posibilidad de que se produzcan shocks económicos que fomenten corridas bancarias, más inflación y más pobreza.
Más allá de las altisonantes declaraciones de la campaña electoral, cuando Milei se presentaba como el león que jamás comerciaría con países como China y líderes “comunistas” como el presidente brasileño Lula da Silva (dos de los principales aliados comerciales de Argentina), el enfoque de Milei presidente hacia la política exterior ha sido hasta hoy mucho más pragmático. La comunidad global observa de cerca cómo el país intenta redefinir su papel en el ámbito internacional.
Bajar la inflación, estabilizar la economía, generar puestos de trabajo que no dependan del estado, controlar el delito, y elevar los hoy paupérrimos niveles educativos son las prioridades. El presidente ha presentado un cuadro que expone -y en muchos casos exagera- la crisis recibida; a partir de ahora debe demostrar que sabe cómo solucionar problemas más allá de los que dicen los libros de economía que tanto le gusta mencionar y su ortodoxa visión.
Ya hemos dicho desde esta columna que no nos embarga la esperanza; sin embargo, también hemos señalado que se imponía un cambio radical a las políticas decadentes que han llevado a la Argentina al pozo en el que se encuentra. Desde estas páginas, como hemos hecho siempre, más allá del color político del gobierno de turno, apoyaremos las medidas que consideramos beneficiosas para el país y criticaremos las que nos parezcan incorrectas. De la misma manera, ofrecemos nuestro espacio para que los lectores se comuniquen con nosotros con el objeto de aplaudir o patalear contra tales medidas. Aunque el presente nos encuentre lejos, nunca perderemos esa conexión con nuestras raíces y la tierra en la que viven tantos afectos.
Les deseamos a todos nuestros lectores, colaboradores y anunciantes todo lo mejor para el 2024, y agradecemos el apoyo brindado para que El Suplemento siga siendo hoy, así como hace más de 20 años, la revista de la comunidad argentina en California y Nevada.¤