Una cuestión de cerebro
Un avión está en ruta a Toronto, cuando una rubia en clase económica se levanta y se mueva a la sección de primera clase y se sienta. La auxiliar de vuelo la observa hacer esto y pide ver su billete. Luego le dice a la rubia que pagó la clase económica y que tendría que sentarse atrás. La rubia responde:
-Soy rubia, soy hermosa, me voy a Toronto y me quedo aquí mismo.
La auxiliar de vuelo entra a la cabina y le dice al piloto y al copiloto que hay una tremenda rubia sentada en primera, que pertenece a turista y no se volverá a su asiento. El copiloto vuelve a la rubia e intenta explicar que porque solo pagó para clase económica tendría que salir y volver a su asiento. La rubia responde:
-Soy rubia, soy hermosa, me voy a Toronto y me quedo aquí mismo.
El copiloto le dice al piloto que probablemente debe tener a la policía esperando cuando aterricen para detener a esta mujer que no escucha razones. El piloto dice:
-¿Dices que es rubia? Yo me encargo, estoy casado con una rubia. Déjamela a mí.
Se acerca a la rubia y le susurra al oído, y ella dice:
-Oh, lo siento.
La mujer se levanta y vuelve a su asiento en clase económica. La auxiliar de vuelo y el copiloto están asombrados y le preguntan qué dijo para que vuelva a su lugar sin quejarse.
-Le dije que la primera clase no va a Toronto.
Rencoroso
Un hombre concurrió una noche al casino de Tigre y perdió todo. A las cuatro de la mañana, paró un taxi y le dijo:
— Buenas... Necesito que me lleve a Adrogué, pero como perdí todo en el casino, por favor déjeme en la puerta de mi edificio, que yo subo a mi departamento y bajo con el dinero.
— Versos no. Andate caminando.
Un mes después, el mismo hombre volvió al mismo casino y ganó mucho dinero. A las cuatro de la mañana salió, fue a la fila de los taxis y notó que el último de todos era el del episodio antes indicado. Se dirigió entonces al primer taxista:
— Buenas noches, le doy 200 dólares si me lleva a Adrogué, pero con una condición...
— Dígame.
— En algún lugar del camino, pare, póngase este corpiño y esta bombacha rosada, y baile desnudo sobre en capot del auto.
— ¡Usted está loco, búsquese a otro!
Fue luego al segundo taxi:
— Hola, ¿qué tal? Le doy 200 dólares si me lleva a Adrogué, siempre que algún punto del trayecto pare, póngase este corpiño y esta bombacha rosada, y baile desnudo sobre en capot del auto.
— ¡Bajate antes de que te dé una trompada!
Y así hasta llegar al último taxi (el del otro día). Allí, le dice al taxista:
— Lléveme a Adrogué, pero primero hágame un favor, por una cuestión de seguridad.
— Sí, claro.
— Cuando pase por delante de todos estos taxis saque la mano y grite: ¡Me voy para Adrogué, me voy para Adrogué!
Un milagro
Estaba un comerciante argentino detrás del mostrador, sin clientes en el negocio y mirando hacia la calle, cuando ve en la vereda de enfrente dos hombres de traje, cada uno con su maletín, señalando su negocio y hablando entre ellos.
De repente, los hombres comienzan a cruzar la calle hacia el negocio, y el comerciante piensa en voz alta:
- ¡Dios mío, deben ser inspectores de la AFIP!! Por favor, Dios mío, yo nunca te pedí nada... pero esta vez... por favor sálvame, por favor, Dios...
Y en eso los dos tipos entran al negocio, abren los maletines, sacan dos pistolas automáticas y apuntándole le dicen:
- ¡Entréganos todo, esto es un asalto!
Entonces el comerciante mira al cielo y dice:
- Gracias, Dios mío, sabía que no me ibas a fallar...
¡Otra vez no!
Comienza el noticiero de las 22 horas. El presentador cuenta la historia de un hombre que está en el ático de un edificio y que amenaza con saltar al vacío.
Lola, en la mesa de reunión, mira a Axel y le pregunta:
-¿Creés que va a saltar?
- Eso parece -dice Axel
- Pues yo creo que no -responde Lola.
Paco coloca un billete sobre la barra y dice:
- ¿Apostamos?
Justo en el momento en que Lola pone su billete sobre la barra, el hombre del noticiario salta y se mata. Lola, muy afectada, le da su billete a Paco y le dice:
- Una apuesta es una apuesta. Toma tu dinero.
Luego, Paco admite con una sonrisa:
- Yo había visto el noticiario de las 18 horas y sabía que se tiraría.
La mujer responde:
- Yo también lo vi, pero jamás pensé que se volvería a tirar…
Crisis de identidad
Junto al cadáver de un suicida se encontró una carta explicativa diciendo:
-No se culpe a nadie de mi muerte. Me quito la vida porque dos días más que viviese sería mucho martirio: Tuve la desgracia de casarme con una viuda. Esta tenía una hija. De haberlo sabido, nunca me hubiera casado con ella.
Mi padre, para mayor desgracia, era viudo y se enamoró y se casó con la hija de mi mujer. De manera que mi mujer era suegra de su suegro. Mi hijastra se convirtió en mi madrastra y mi padre al mismo tiempo ¡era mi yerno!
Al poco tiempo, mi madrastra trajo al mundo una niña que era mi hermana, y a la vez era nieta de mi mujer, de manera que yo era abuelo de mi hermana.
Después, mi mujer trajo al mundo un niño que, como era hermano de mi madrastra, era cuñado de mi padre, nieto de su hermana y mi tío.
Mi mujer era nuera de su hija, yo soy en cambio padrastro de mi madrastra, y mi padre y su mujer son mis hijastros, mi hijo es mi bisnieto y tío de su tía.
Además, ¡yo soy mi propio abuelo!
Me despido de este mundo, porque no sé quién carajo soy, y eso no importaría tanto, pero, de repente me doy cuenta que... hasta podría llegar a ser pariente de Hitler.
Mucha manifestación
En Cuba, un comisario trata de enseñar a un campesino ignorante en política:
- ¿Sabes quién fue Stalin?
- No
- ¿Sabes quién fue Lenin?
- Lo ignoro.
- ¡Esto pasa por estar todo el día en casa y no asistir a los mítines del partido!
- Un momento comisario, ¿sabe usted quién es Malinski?
- No me suena.
- Si se quedara un poco más en casa, sin tantos mitines, sabría que es el amante de su mujer...
Mida sus palabras
Después de una agria discusión con su esposa, el marido sale para el trabajo y, antes de cerrar la puerta, le grita como despedida:
- Y andá sabiendo... ¡¡ni en la cama sos buena!!
Pasadas un par de horas se arrepiente y llama a su casa para pedir disculpas. La mujer tarda a responder. Mucho rato después y cuando estaba a punto de colgar, escucha que el teléfono es levantado.
- ¿Por qué tardaste tanto en atender el teléfono?
- ¿Yo? Estaba en la cama.
- ¿En la cama? ¿Y se puede saber qué estás haciendo a esta hora en la cama?
- ¡Escuchando una segunda opinión! ¤