Humor • Octubre 2022

Una respuesta para todo
Un niño japonesito llega a Estados Unidos y el papá lo inscribe en la escuela. El primer día de clase, la maestra presenta a Suzuki, hijo de un empresario japonés, a los chicos de sexto grado.
Luego la maestra les dice a los alumnos:

-Hoy empecemos repasando un poco de historia de América del norte y del sur.
-¿Quién dijo: “Denme la libertad o denme la muerte”?
La clase se quedó callada, excepto Suzuki:
-Lo dijo Patrick Henry, 1775.
-¡Muy Bien! dijo la maestra.
-¿Quién dijo: “El gobierno del pueblo para el pueblo, no debe desaparecer de la faz de la tierra”?
De nuevo, ninguna respuesta de la clase, salvo Suzuki:
-Abraham Lincoln, 1863.
La maestra, asombrada, les dice:
-Chicos, debería darles vergüenza. Suzuki, que es nuevo en nuestro país, sabe más de nuestra historia que ustedes.
La maestra alcanza a escuchar un susurro:
-¡A la mierda con los malditos japoneses!
-¿Quién dijo eso?, preguntó la maestra.
Nuevamente Suzuki levanta su mano y dice:
-General Mc Arthur, 1942.
La clase queda muda y uno de los chicos alcanza a decir:
-Voy a vomitar.
La maestra trata de ver quién fue el irrespetuoso:
-Ya basta… ¿quién dijo eso?
Y Suzuki dice:
-George Bush padre, al Primer Ministro japonés, 1991.
El que era el número uno de la clase gritó:
-Estaba primero hasta que llego este japonés de mierda.
Y Suzuki Contesta:
-Mario Vargas Llosa, elecciones peruanas, 1990.
La clase entra en un estado de histeria. La maestra se desmaya, cunde el caos.
Mientras los chicos se arremolinan alrededor de la desvanecida maestra, uno de ellos –exclama:
-¡Mierda! ¿Y ahora cómo salimos de este desastre sin que se den cuenta de que fuimos nosotros?
Y Suzuki responde:
-Cristina Kirchner, Buenos Aires, Argentina, 2022.

Cortes de rostro al instante
Él a ella:
-Soy fotógrafo y he estado buscando un rostro como el tuyo.
-Yo soy cirujana plástica y también he estado buscando un rostro como el tuyo.

Él a ella:
-¿No te he visto en otro lado?
-Sí. Por eso ya no voy por allá.

Todos aman al Señor
Querido hijo:
El otro día tuve una experiencia religiosa casi sublime, que quiero compartir contigo.
Fui a la librería cristiana y allí encontré una calcomanía para el auto que decía “Toca la bocina si amas a Dios”.
Había tenido un día muy malo, así que la compré y la pegué en la luneta trasera del coche.
Luego salí a manejar, acompañada de tu hijo Carlitos. Llegué a un cruce de dos avenidas cuando la temperatura exterior era de 37 grados y todos volvían de las oficinas a sus casas. Me quede parada porque la luz del semáforo estaba roja mientras pensaba en lo bueno que era el Señor. Sumida en mis pensamientos no me di cuenta de que la luz se había puesto verde y en ese momento descubrí que muchos otros aman al Señor, ya que de inmediato comenzaron a hacer sonar sus bocinas.
La persona que estaba inmediatamente detrás de mí auto era sin duda muy religiosa, pues mientras tocaba la bocina gritaba:
-¡Por el amor de Dios!
¡Y todos tocaban la bocina con él!
Yo les sonreí y les saludé con la mano a través de la ventanilla, cuando vi que un muchacho me saludaba de una manera muy particular, levantando únicamente el dedo medio de la mano. Le pregunté a Carlitos qué significaba eso y me contestó que era un saludo hawaiano de buena suerte. Entonces, saqué mi mano por la ventana y saludé a todos de igual manera.
Tu hijito se doblaba de la risa, supongo que por la bella experiencia religiosa que estaba viviendo.
En ese momento, dos hombres bajaron de un auto cercano y comenzaron a caminar hacia el mío, supongo que para rezar conmigo o para preguntarme a qué templo concurro.
Entonces vi que la luz estaba verde, así que saludé a todos mis hermanos y hermanas, y arranqué el coche.
Lamentablemente, la luz se puso en rojo de inmediato y nadie más pudo pasar. Me sentí triste de dejarlos allí después de todo el amor que habíamos compartido, así que paré el auto, me bajé, saludé a todos con el saludo hawaiano por última vez y me fui.
Ruego a Dios por todos esos buenos hombres y mujeres.

Cortitos y al pie
El pequeño ratón ve un murciélago, corre hasta su madre y le dice:
-¡Mamá, mamá… he visto un ángel!

-Hijo, quiero hablar con vos por el tema de las drogas.
-Dale, ¿cuánto querés?

- Mozo, ¿qué me recomienda?
- Nuestra especialidad, bife a la James Bond
- Y cómo es?
- Frío, duro y con nervios de acero.

- Ayer me compré una muñeca inflable inteligente.
- Y qué hace?
- Se fue con otro.

Boludo, ¡te estás volviendo un jugador compulsivo!
-¡Mil pesos a que no!

-¿Vas a cambiar tu iPhone 12 por el 13, solo porque es un centímetro más grande?
-Sí, tal cual.
-Bueh, espero que tu novia no haga lo mismo con vos.

Diccionario
CACAREO: Excremento del preso.
CACHIBACHE: Pequeño hoyo en el pavimento que está a punto de convertirse en bache.
CALCULO: Polvo blanco para las hemorroides.
CHINCHILLA: Auchenchia de un lugar para chentarche.
CHISMEAR: Pleonasmo urinario.
CIRCUITO: Lugar donde trabajan payasuitos, enanuitos.
CIUDADANO: Parte trasera de una urbe.
COMADREJA: Madrileja de mi hijejo.
CONTENDIENTES: Boxeadores norteamericanos con solo 10 piezas dentales.
CUBETA: Q+β.¤