El pasado 16 de febrero se realizó en el centro de Los Angeles una nueva conferencia anual de Los Angeles Economic Development Corporation (LAEDC).
La cita viene realizándose desde hace una década con el objetivo de reunir a los líderes y expertos de la comunidad, el gobierno, los negocios y la educación, e intercambiar ideas e información sobre las proyecciones económicas a nivel local, estatal y nacional.
Este año, se han centrado en tres elementos esenciales del crecimiento económico: la innovación, la infraestructura, y la vivienda. LAEDC es una entidad sin fines de lucro que tiene como objetivo liderar un crecimiento económico saludable y equitativo para todos los sectores sociales de la región.
Ya lo hemos dicho infinidad de veces, de una u otra forma, en esta editorial: no hay avance económico posible que no incluya a todos. Sin embargo, no es esto lo que hemos venido experimentando desde hace décadas. Y si hay una ciudad, un condado, y un estado capaz de liderar el cambio, está aquí mismo, en la tierra que elegimos para desarrollar nuestras vidas.
Los Angeles posee una de las economías más dinámicas del mundo, liderada por una colosal industria tecnológica y aeroespacial, manufacturas, y la más importante industria de comercio internacional del país. Posee además varios de los más prestigiosos hospitales de investigación y formación profesional, y muchas de las universidades más laureadas del mundo, como UCLA, Cal Tech, USC, Loyola Marymount, y Cal State LA.
En cuanto a la fuerza laboral, cuenta con trabajadores y profesionales bien formados y de una diversidad étnica envidiable. Las industrias que más empleo generan son las de cuidados de salud y asistencia social; comercio minorista; servicios profesionales, científicos y técnicos; servicios de hotelería y alimenticios; construcción; servicios educativos; información; manufacturas; y arte, entretenimiento y educación, entre otras.
De acuerdo con un estudio de Oxford Economics, se espera que Los Angeles recupere la totalidad de los trabajos perdidos durante la pandemia en el primer cuatrimestre de 2023, con un crecimiento anual de puestos de trabajo de alrededor del 0,5% durante los próximos cinco años, similar al promedio nacional.
Tenemos la infraestructura, la población, y hasta el clima para seguir creciendo e instalándonos como una gran potencia a nivel mundial. Pero este crecimiento debe incluirnos a todos los trabajadores locales. El modelo del trickle-down economics ha demostrado que desde arriba “nunca gotea lo suficiente”, y de poco sirve tener megaempresas billonarias que generen miles de puestos de empleo si esos empleos no le garantizan al trabajador una vida digna. Resulta increíble pensarlo, pero parece ser que millones de estadounidenses han dejado atrás el sueño americano como meta, para conformarse con sobrevivir.
Este año, Los Angeles seguirá creciendo, impulsado por el motor de su tremenda fuerza laboral. Solo necesitamos que la riqueza generada se distribuya más equitativamente entre todos los angelinos.¤