Místico, Predicador Italiano y fundador de La Orden Los Franciscanos
San Francisco de Asís inició un movimiento de marcada renovación de la espiritualidad cristiana del siglo XIII. Hijo de una acaudalada familia (su padre, Pedro de Bernardone, un afluente mercader de la ciudad de Assisi, y su madre, Mona Pica, descendiente de la nobleza italiana), recibió una temprana formación religiosa de los clérigos de Saint George, en la ciudad de Assisi, Umbria, Italia, demostrando siempre una genuina e instintiva simpatía con los pobres y los enfermos.
Fue un filántropo natural tanto en los leprosarios como en su labor de restaurar iglesias (San Damiano, ,San Pedro, Santa María de los Angeles). A sus veinte años defendió militarmente a su ciudad natal (Assisi) y al ser derrotado fue prisionero por un año en la ciudad de Perugia.
Aunque San Francisco de Asís demostró su quehacer por engrandecer la ciudad de Assisi, su fervor espiritual fue más predominante, buscando siempre en la oración las respuestas de su inminente vocación sacerdotal, y recibiendo señales certeras de su verdadera vocación.
Cuentan los historiadores que San Francisco de Asís andando a caballo por las praderas de Umbria, en el camino se encontró con un leproso y al verlo, se bajó del caballo, lo abrazó y le dió todo el dinero que llevaba consigo.
En otra ocasión en que San Francisco de Asís viajaba a Roma y al ver a los mendigos en la puerta de la Basílica de San Pedro, intercambió su ropa con uno de ellos y luego compartió sus ofrendas de ayuno a lo largo del día.
Sus biógrafos dicen que “San Francisco de Asís tuvo un sueño en el que veía figuras donde sobresalía la cruz y escuchó una voz que le decía…-Esto es para ti y tu nobel ejército- y que él respondió…-yo sé que puedo llegar a ser un príncipe prominente… Realmente, el tiempo así lo ha ido demostrando, ya que su obra pastoral y evangelizadora fue prominente en la época (siglo XIII) y se fue propagando en el curso de la historia por 800 años. Nuestro siglo XXI es testigo de la magnificencia de su obra espiritual, en su efectividad en ayudar al caído a levantarse. En este sentido, la Asociación de Alcohólicos Anónimos ha adoptado su línea de pensamiento profundo y usó uno de sus tantos poemas como emblema para la recuperación de sus adherentes.
Oración de la Serenidad
Oh! Dios,
Concédeme la Serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar…
Valor para cambiar las que puedo…
Y Sabiduría para reconocer la diferencia.
La gloria y la victoria iban perfilándose en su juventud. Sus pensamientos, su énfasis intelectual, su generosidad, simpleza y humildad comenzaron a cimentarse con una visión humanística hacia la eternidad.
Su labor de misionero y predicador se extendió por toda Europa (Italia, Francia, Alemania, Gran Bretaña y España –donde evangelizó a los musulmanes) y Asia. San Francisco de Asís fundó la Primera Orden Franciscana, luego la Segunda Orden conocida como Las Damas Pobres, Las Clarisas y la Tercera Orden conocida como Los Terciarios.
La Primera Orden Franciscana constituyó su eje de radiación espiritual con énfasis en la evangelización, la meditación, la pobreza, la penitencia, la seclusión y la salvación de las almas.
San Francisco de Asís congregaba a multitudes –admiradores y seguidores- en el atrio de las iglesias, en los alrededores de los castillos, en los mercados al aire libre y su presencia se anunciaba con el tañir de las campanas de las iglesias locales. Todos eran atraídos por la popularidad de sus discursos e iban en procesiones y al ritmo de cánticos vernáculos. Los historiadores de este santo cuentan que en esas procesiones masivas iban personas enfermas, gente de avanzada edad y todos con el deseo de escuchar su palabra alentadora, recibir su bendición y también la curación de sus males. Estos fieles devotos de San Francisco de Asis no sólo besaban el suelo por donde él había caminado, sino que intentaban cortar algún trozo de su túnica. El entusiasmo de sus seguidores era igual en todos los lugares donde él pronunciaba sus elocuentes y efectivos discursos y sermones, exhortándoles a amar a su prójimo y construir puentes hacia la paz.
San Francisco de Asís, en un lenguaje místico, renunció a todos sus bienes materiales, a los honores y privilegios, enfatizando su atención en la pobreza, las obras de caridad (principalmente en los leprosarios) y de esta manera él encontró y fomentó su verdadera vocación religiosa. San Francisco constantemente remarcaba los pasajes bíblicos donde Jesús pedía a sus discípulos “dejen todo y síganme” a lo que él respondía que “ésta debía ser la regla de nuestras vidas”. En algunas circunstancias, San Francisco de Asís conducía a sus seguidores a una plaza pública donde ellos entregaban sus pertenencias a los más pobres congregados allí.
De esta manera y con el transcurrir del tiempo, inmortalizó su frase: ‘dando se recibe”.
No cabe duda que la presencia del Papa Francisco –inspirado en San Francisco de Asís, nos está ayudando a buscar la autenticidad del valor de nuestra vida para darle un mayor significado espiritual y con trascendencia humanista.
Datos referentes anexos:
* San Francisco de Asís fue canonizado el 16 de julio de 1228. Sus restos se encuentran en la Basílica de San Francisco de Asís.
*En 1980, el Papa Juan Pablo II lo proclamó “el Patrón de los Ecologistas”.
*San Francisco de Asís impulsó la tradición de celebrar la Navidad en el mundo (1223) reuniendo a los vecinos de una villa italiana (Grecio) para celebrar la misa de medianoche congregándose todos alrededor de un pesebre con la figura del Niño Jesús, la cual fue moldeada por él mismo. ¤