No es para todos la bota de potro
No cualquiera sabe andar con “botas de potro”; es necesario tener cierta habilidad o, mejor dicho, estar acostumbrados a usarlas, pues de lo contrario los pies se inflaman y hasta se lastiman con el roce continuo.
Además, como están hechas con cuero crudo -sin curtir- hay que sobarlas frecuentemente para evitar que se endurezcan.
Por esas razones, cuando alguien quiere ejecutar algo sin poseer la capacidad necesaria para ello, se dice: “No es para todos la bota de potro”, o sea que no basta querer, hay que poder.
Esta frase, que se oye con frecuencia, aún en la ciudad, se completa así: “No es para todos la bota de potro… sino para el que sabe usarla”.
De una sentada
La frase “de una sentada” tiene el mismo significado que “de un tirón”, o “de una sola vez”; se la usaba en el campo para referirse al viaje, de cierta duración, que se hace a caballo y se realiza sin interrupciones -sin desmontar- hasta el punto de destino.
Después la frase se extendió también a los trabajos -o cualquier actividad- que se comienzan y no se dejan de mano hasta terminarlos.
El mate del estribo
En el rancho del gaucho -y lo mismo ocurre hoy en muchos lugares del interior- al visitante se lo convidaba, siempre, con mate; éste podía ser amargo -cimarrón- o dulce, con azúcar quemada y “yuyos” olorosos para darle mejor sabor.
Cuando la visita se había despedido y estaba ya a punto de montar a caballo, como quien dice “con el pie en el estribo”, la patrona, muy obsequiosa, le alcanzaba otro mate, el último, al que, por las condiciones en que era servido, se le llamaba “el mate del estribo”.
De ahí quedó la costumbre y se dio en designar “mate del estribo” o “como mate del estribo” a todo lo que se brinda en última instancia y ya en el momento de la partida.
Compilado por Carlos Avilas del libro “Voces y Costumbres del Campo Argentino”, de Pedro Inchauspe, publicado en 1949. ¤