Desde hace muchos años la pregunta que nos hacemos en Argentina es por qué una nación que tiene todo para convertirse en un país rico, fracasó siempre en conseguir su objetivo. Muchas preguntas y pocas respuestas, por lo que se concluye que no hay una sino varias razones. Una de esas razones es la pérdida de valores éticos.
Argentina tiene un algo, un no sé qué, que la hace interesante a la vista de ciudadanos de otros países. Son varias las cosas que se conjugan, pero es indiscutible que hay algo interesante en nosotros. Así como nuestras cosas buenas suelen llamar la atención, no es menos cierto que nuestras cosas malas son motivo frecuente de atención, como todos aquellos dislates que hicieron que nuestro país nunca terminara de encontrar el rumbo para un verdadero crecimiento. Como el gráfico de un electrocardiograma, nuestro país sube y baja con la misma facilidad con la que se marcan los latidos de un corazón.
Es interesante analizar los motivos que llevaron a nuestro país a este estado de indefinición, para lo que una nota no alcanzaría. Pero en una nota, por lo menos, se puede analizar uno que en mi escala es importante: “los valores”.
Los valores son aquellos que hablan de honestidad, moral, el amor por el trabajo y vivir de nuestro trabajo, el respeto a los demás y varios etcéteras.
Sabemos que nuestro país es una usina de información, no siempre de la más optimista, pero todos los días encontramos nuevos hechos o desechos que nos llaman poderosamente la atención. Entre esas muchas noticias, extraje dos que me parece que marcan una tendencia en esto de la pérdida de valores, en que no sólo se involucra el Estado sino también los particulares.
En los últimos días se conoció un hecho de corrupción de dimensiones millonarias que está siendo analizado por la Justicia sobre un negocio que se habría montado dentro de un sector de la Cancillería para importar lujosos automóviles a través de franquicias diplomáticas y que después eran comercializados en el mercado local.
Como sucede en nuestro país, de los 960 trámites para ingresar vehículos importados con venia diplomática, entre el 2004 y el 2007, los investigadores sólo tienen los registros de franquicias del último año, ya que sorprendentemente las de los años 2004 al 2006 se “extraviaron”. Eso provoca que por ahora sólo puedan trabajar con 98 autos sospechados. De estos, el juez en lo Penal Económico Marcelo Aguinsky prohibió la circulación de 56 automóviles que ingresaron al país mediante este cuestionado sistema.
Entre los dueños de estos autos están el conductor televisivo Marcelo Tinelli, los jugadores de fútbol Juan Sebastián Verón y Aldo Duscher, el rugbier Pedro Sporleder, el polista Adolfo Cambiasso, el empresario Gustavo Mascardi, el abogado Víctor Stinfale, el folclorista Oscar “El Chaqueño” Palavecino y el empresario Jorge Pablo Brito. También en esta lista están incluidos el agregado militar de Venezuela en Argentina, el coronel Oran Jesús Primera Petit, el agregado militar de la embajada de Ecuador, coronel Gustavo Salazar Castro, y el agregado naval de la embajada de Paraguay, Agustín Riquelme Medina.
La base de la investigación se centra en descubrir quién compró el auto de primera mano, usando el beneficio de la franquicia. Esto lo verá el juez estudiando el legajo de cada vehículo. En el primer listado de 56 superautos figuran unidades que seguro están en situación irregular. En principio, los Hummers y Porsches no son autos contemplados para uso diplomático. Por lo tanto, la franquicia ya es fraudulenta, y este es el caso de todos los nombrados anteriormente. Pero además, en buena parte de los casos, el auto se trajo al país y casi de inmediato se pasó a un residente argentino, lo que también es un fraude al Estado y configura el contrabando agravado. Al intervenir un funcionario público en la maniobra (el hombre de la Cancillería que autorizó la franquicia), el delito tiene penas de hasta diez años de prisión.
La consigna de la investigación, es que “en este caso tiene que haber un Cacho Steinberg”, recordando al escándalo del contrabando de autos de lujo con franquicia para discapacitados de los años 90. El operador de aquella maniobra, el que traía los autos, era Cacho Steinberg, socio de Carlitos Menem.
Tal como pasó diez años atrás cuando las maniobras se realizaban usando un beneficio para discapacitados, la maniobra ahora se repite usando el beneficio diplomático. Los beneficiados en este último caso son agencias de autos de nuestro país, los diplomáticos involucrados y por supuesto, todos aquellos “ricos y famosos” que por sus necesidades de ser o parecer, compran autos por un menor valor de mercado sin importar cuál es su procedencia. La famosa “viveza criolla”: si puedo obtener algo a menor valor y no me intereso por su procedencia, lo compro. Aunque esto sea como comprar un estéreo robado: aunque no participo del robo, me beneficio (sabiendo que el bien tenía origen espurio).
¡...Ooootro tema!... Al igual que varios de sus predecesores, el patrimomio de Néstor Kirchner aumentó en 5.781.195 pesos durante el último año en el que se desempeñó como presidente de la Nación. En total, su fortuna asciende a 17.824.941 pesos, casi 15 millones más que cuando comenzó su mandato.
Los datos se desprenden de su declaración jurada presentada en la Oficina Anticorrupción. Según esta información, durante el último año, el ex presidente adquirió un edificio de diez departamentos y un complejo turístico en su provincia, Santa Cruz, que le generó una deuda de más de ocho millones de pesos. El edificio, inaugurado en 2007, cuenta con departamentos de uno y dos ambientes con una superficie de entre 36 y 50 metros cuadrados. Los mismos están valuados en alrededor de 70.000 pesos cada uno.
En cuanto a los ingresos percibidos por el matrimonio, se incrementaron durante el año pasado en más de tres millones: de 3.964.862 pasaron a 7.027.806.
Este aumento se debe en gran parte a lo que perciben en concepto de alquileres por las 19 casas, 4 departamentos, 6 terrenos y dos locales que poseen en Río Gallegos. Por esas propiedades, los inquilinos pagan un total de 2.955.251 pesos anuales. Lo que llama la atención es que en el 2005, teniendo 19 casas, 4 departamentos y dos locales, cobró por alquileres 276.793 pesos por año, lo que resulta aproximadamente en 11 mil pesos por cada propiedad. Sin embargo, en el 2006, manteniendo las mismas propiedades, se pasó a cobrar en concepto de alquileres un total de 1.380.448 pesos, o sea, 55.218 pesos por año y por propiedad. Es decir que hubo un aumento del 400 por ciento desde 2005 a 2006. Y en 2007, con la misma cantidad de propiedades, tenemos 5.264.105 pesos, lo que quiere decir que tuvo un aumento de 1.800 por ciento respecto de 2005. Y algunos pensábamos que el precio de los alquileres estaba congelado...
Los Kirchner poseen además seis terrenos en la ciudad turística de El Calafate. El último de los comprados, el más grande, lo pagaron 150 mil pesos, a razón de 3,20 pesos el metro cuadrado, aunque el precio mínimo de mercado sea de 19 pesos el metro cuadrado.
También experimentaron un aumento significativo los depósitos bancarios de la pareja. En 2006 habían sido de 8.061.713 y el último año alcanzaron los 13.515.021 millones. Casi la totalidad (12.645.544 ) están en dólares, depositados en entidades bancarias dentro del territorio nacional.
Lo que no explica esa rendición de cuentas es cómo logró multiplicar su fortuna por nueve en sólo cinco años, desde el 2002 hasta hoy. En ese período no le sobró tiempo para hacer negocios ni planificar inversiones, sino que estuvo al frente de la Presidencia de la Nación. ¿Cómo hizo Kirchner para casi agregarle un cero a su fortuna cuando parecía tan ocupado gobernando el país? ¿Ese enriquecimiento relámpago guarda relación con su paso por el poder?
Aunque a imagen y semejanza de otros “próceres” de nuestra historia, lo que también preocupa no es sólo el incremento de los bienes del matrimonio presidencial, sino la creciente evolución de los bienes personales de empresarios amigos vinculados a la pareja presidencial.
Más allá de la preocupación del patrimonio declarado de los Kirchner, resulta sorprendente cómo empresarios vinculados al ex presidente y a la actual Presidenta se van quedando con inversiones estratégicas como, por ejemplo, empresas petroleras. En este tipo de emprendimiento se han beneficiado el empresario santacruceño Lázaro Báez (obras públicas), Cristóbal López, dueño del Casino Flotante y concesionario en el Hipódromo de Palermo, y el empresario Enrique Eskenazi, quien recientemente adquirió parte de YPF.
Pero la dualidad moral de la mayoría de nuestro pueblo hará que nada de esto lo indigne mientras los números de la economía sean más o menos positivos, para caerles encima con toda la dureza cuando los actuales gobernantes caigan en desgracia y haya otro que nos diga que toda la culpa era de los Kirchner y que estos nuevos están sacando al pueblo de la cenizas, y así seguiremos por los siglos de los siglos.
Pero claro, me olvidaba; lo que pasa es que roban... pero hacen. ©