Cuando fuimos invitados a la inauguración de una muestra fotográfica organizada por la Fundación y la Embajada de Austria en la sede del Museo del Holocausto nos enteramos que allí trabaja Johannes Rumpfhuber, un joven voluntario austriaco de 27 años, católico y que fue alumno del mismo colegio donde estudió Adolf Hitler, el mayor genocida del Siglo XX.
Para conocer su historia lo entrevistamos:
E.S.: ¿Qué te impulsó a trabajar de voluntario en el Museo del Holocausto de la Argentina?
Johannes: Al terminar mi carrera de derecho me informaron que debía cumplir con el servicio civil, que en Austria es obligatorio. Es una alternativa para los que no le gustan las armas ni el ejército, como a mí. Los que optan por esta opción pueden trabajar en un hospital, en un geriátrico, con personas discapacitadas o en la resocialización de delincuentes. Como yo quería hacer algo distinto, con más sentido, de mayor trascendencia, vine a trabajar a Buenos Aires a través de una institución que se llama Gedenkdienst que es una alternativa del servicio militar austriaco.
El objetivo del Gedenkdienst (Servicio Austriaco de la Memoria) es enseñar a los sobrevivientes y al resto de la población que Austria tuvo también culpa parcial en el Holocausto. Por eso sus voluntarios ayudan a las instituciones que trabajan por la memoria del Holocausto distribuidas por el mundo. (N del A)
E.S.: ¿Te resultó fácil venir a nuestro país?
Johannes: No, porque en todos los casos para ser designado hay que estudiar mucho y pasar una selección muy exigente y muy intensa a través del Gedenkdienst. Por eso tuve que estudiar mucho sobre el Holocausto y desarrollar varias actividades. Una de las cuales fue visitar el campo de exterminio de Auchswitz acompañado de guías especializados donde participé activamente de largas sesiones de estudio y trabajo que incluyeron emotivas entrevistas a varios de los sobrevivientes de la Shoá. Los jóvenes austriacos que se postulan como voluntarios tienen que conocer muy bien la historia para hacer un trabajo que realmente sirva. Si bien el estudio del Holocausto fue el tema principal, el núcleo, también estudiamos discriminación, racismo, migraciones, etc. Recuerdo que uno de los contenidos que se trataron con mucha profundidad fue la relación entre el Holocausto y la economía. Porque muchas empresas se aliaron con los nazis para contar con mano de obra gratuita explotando millones de obreros esclavos. El campo de Auchswitz fue erigido en un cruce de tres líneas ferroviarias para ahorrar tiempo y dinero en el traslado de las personas que iban a asesinar. Es un razonamiento loco pero los nazis lo encuadraron desde una perspectiva económica. Incluso evaluaron si una persona económicamente valía más viva que muerta. Hicieron cálculos sobre eso. Eso fue muy loco.
E.S.: ¿Como fue que te interesaste en la historia del Holocausto?
Johannes: Bueno, en la ciudad de Linz estudié en la RealSchule (actualmente BRG.Fadinger Strasse) el mismo colegio donde fue alumno (Adolf) Hitler. Y es también donde casi al mismo tiempo asistió (Ludwig) Wittgenstein. Por eso todo indica que, cuando Hitler menciona "al judío de Linz", en su libro "Mi Lucha (Mein Kampf) se supone que se refería a Wittgenstein.
E.S: ¿Cuándo vos fuiste a esa escuela sabias que Hitler había estudiado ahí?
Johannes: Si, toda la gente lo sabe.
E.S.: ¿Estudiar en la misma escuela que Hitler provocaba algún sentimiento especial en los alumnos?
Johannes: El nacionalsocialismo siempre fue un tema problemático en mi escuela. Fundamentalmente porque había algunos profesores "difíciles". Que transmitían ideas que se pueden calificar, cuanto menos, de fascistas. Como alumno yo notaba que había muchos profesores que tenían una visión muy "rara" de la historia austriaca. Todavía conservo los apuntes de un profesor muy conservador que cuando nos enseñó la Segunda Guerra Mundial habló una sola línea del Holocausto. Una sola línea. Pero como se repiten los temas durante otros años tuve una profesora con la cual estudiamos mucho el Holocausto. Afortunadamente en Austria la educación no solo está en la escuela. También está la televisión donde anualmente emiten una serie de programas especiales sobre la historia del nacionalsocialismo.
E.S.: ¿Cuáles son tus tareas en el Museo del Holocausto de Buenos Aires?
Johannes: Es bastante amplio. Fundamentalmente ayudo en el Museo del Holocausto en tareas y actividades que se van desarrollando. Por ejemplo, gracias al "Fondo Austriaco" funciona una Sala de Computación para los sobrevivientes y yo colaboro con la enseñanza de computación a ellos. También en la Biblioteca y en todo espacio que se me requiera. Asimismo ayudo a gestionar indemnizaciones del Estado de Austria que se llaman "Fondo Nacional".
E.S.: ¿Cuál es tu opinión "objetiva" de la Argentina?
Johannes: No puedo brindar una opinión "objetiva" porque mi visión es europea. Sin embargo debo reconocer que yo hice un cambio tremendo en mi percepción de la Argentina. Al principio solo vi lo malo: chicos en la calle, mucha basura, mucho ruido, bastante caos. Fundamentalmente porque los últimos años estuve viviendo en Viena y allá todo es extremadamente tranquilo y ordenado.
E.S.: ¿Hay poca pobreza en Austria?
Johannes: Hay poca, pero está aumentando. Porque el actual gobierno de la derecha esta implementado un gobierno neoliberal y por eso cada vez se ve mas gente viviendo en la calle. Está empeorando la situación.
E.S.: ¿Y en que consiste el cambio tremendo de tu percepción?
Johannes: Como ya estoy acostumbrado a Buenos Aires ahora me fijo en las cosas lindas, en las casas que son hermosas y en la gente que es muy amable. Otra cosa que me llamó mucho la atención, desde mi punto de vista europeo, es que la gente acá tiene mucha cultura. Está muy bien formada. Tienen una educación muy sólida. Saben mucho, leen mucho. Conozco a varios intelectuales en Austria pero me parece que no tienen tanta cultura como los argentinos.
E.S.: Una reflexión final
Johannes: Acá veo como las personas, individualmente, ayudan a la gente que vive en la calle o que tiene hambre dándoles comida o dinero. Pero no veo mucha iniciativa de parte del estado. Yo estoy acostumbrado a un país donde si no tenés dinero para estudiar el estado te ayuda. Te da lo suficiente como para que no tengas que trabajar. Por eso me llama mucho la atención la poca solidaridad que existe desde el nivel político argentino.
Por último cabe destacar que los compañeros que trabajan con Johannes en la Fundación Memoria del Holocausto lo describen como un joven encantador y muy buena persona. Ø