Usese en caso de SUEÑO...
Las 10 mejores frases para ser dichas a tu jefe si te agarran durmiendo en el trabajo o en una reunión:
1) "Me dijeron en el banco de sangre que esto podía suceder...".
2) "Es solo una siesta de 15 minutos para recuperar las energías, como me enseñaron en el curso de gerenciamiento de tiempo que ustedes me mandaron hacer.”
3) "Estaba imaginando como es la vida de un ciego...”
4) “No estaba durmiendo! estaba meditando sobre la misión de la empresa e intentando descubrir un nuevo paradigma...”
5) "Quería verificar si mi teclado es a prueba de baba...”
6)"Estaba haciendo un ejercicio altamente específico de Yoga para aliviar el estrés del trabajo. ¿Ustedes discriminan a las personas que practican Yoga?”
7) "¿Por qué me interrumpió? Casi estaba llegando a una solución para nuestro mayor problema...”
8) "La máquina del café no funciona...”
9)"Alguien debe haber puesto café descafeinado en el frasco equivocado...”
Pero de todas éstas la mejor escapatoria es:
10) "... en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén...”
El Papa
Sucedió una vez que el Papa, cansado de tanta alabanza y adoración, decide pasarse un día como una persona normal.
En su visita a México, se le ocurre salirse del templo para así poder saber como es la vida cotidiana de un Mexicano. Como la gente lo reconocía en la calle por su atuendo, decide llamar a un servicio de limusinas para que lo recoja.
La limusina llega, y el Papa se sube. Como la limusina llevaba vidrios polarizados, no se ve nada para afuera, por lo que el Papa no se siente contento y le dice al chofer: Hijo, quisiera pasar un día como una persona normal, y sentado en la parte de atrás de esta limusina no veo nada. ¿Me podrías dejar conducir la limusina? Dios te lo agradecerá.
El chofer le dice que sí. (¡¿Quién le niega algo al representante de Dios?!) El Sumo Pontífice, como nunca en su vida ha conducido automóvil, se agarra como puede y le pisa al acelerador.
Va por la avenida principal de México D.F. y se va pasando altos, tumba botes de basura, arrolla a uno que otro perro callejero, y no hace caso alguno a las señales de tránsito. Se le pega un patrullero y lo detiene. El Papa baja su ventana, y al verlo el policía se asombra y regresa a su patrulla. Toma el radio, y dice:
Patrulla #505 a central, cambio.
Central: Si oficial, ¿qué sucede?
Oficial: He detenido a un cuate que por lo que parece es influyente y poderoso, y no se como proceder. Cambio.
Central: Pues haga lo común y quítele una lana, ¡no sea guey! cambio.
Oficial: No, es que este cuate ha de ser influyente y no me quiero meter en problemas, cambio.
Central: Ah cabrón, ¿qué es narco o que?
Oficial: ¡No, hombre, mucho más pesado que cualquier narco!
Central: Ah, ¿qué ese guey es de los Gortari o que?
Oficial: No, que va, los Gortari le vienen guangos a este señor.
Central: Ah, cabrón, pues ¿quién chingao es?
Oficial: Pues no sé, ¡se me hace que es DIOS!, Cambio...
Central: Esta Usted chiflado, como que DIOS, ¿por qué lo dice?
Oficial: Digo que es DIOS, porque trae al PAPA de chofer..! Ø