Ignacio Corsini

corsiniEl Príncipe de la Canción Porteña

Andrés Ignacio Corsini fue apodado “El caballero cantor” o el “El príncipe de la canción porteña”, una mención que adquirió por haber ganado un concurso para la elección del Príncipe de la canción Porteña en un certamen que duró un año y votaron alrededor de un millón de personas.

Corsini gana este galardón por amplia mayoría, además de una medalla de oro que le fuera entregada por el poeta y dramaturgo Claudio Martinez Payva. Durante una trasmisión conjunta por Radio Splendid y Radio Prieto, diría Corsini: “Esta noche se escribe uno de los capítulos más brillantes de mi vida artística”.
Ignacio Corsini ocupa un lugar muy privilegiado en la historia cultural del tango. Con su prestancia y voz tan singular de tono romántico y sentimental, incluye el imperio de los máximos valores del género popular. En una entrevista supo decir: “Los pájaros me enseñaron la espontaneidad de su canto en el gran escenario de la naturaleza”.
Corsini pudo establecer con su estilo la transición evolutiva de lo moderno en su tiempo, logrando conjugar el predominio musical consagrado de los icónicos payadores como Ambrosio Río, Gabino Ezeiza y José Bettinoti, su más referente cultor, para pregonar la influencia criolla. Tanto en su vida como en su carrera fue un ser impecable, dotado de cualidades absolutas.
Nació el 13 de febrero de 1891 en Italia, más precisamente en Troina, un pueblo de Catania al sur de Sicilia. Siendo muy niño, con su madre Doña Socorro Salomone, había llegado a Buenos Aires en el Vapor Antonina un 13 de mayo de 1901, instalándose en el barrio porteño de Almagro. Al tiempo, Corsini se traslada a la ciudad bonaerense de Carlos Tejedor, donde pasa parte de su infancia y adolescencia. En esta zona rural realizaría sus primeros trabajos de oficio e iría descubriendo su vocación por la música.
En 1907 regresa al barrio de Almagro y comienza su etapa musical recorriendo distintos lugares de Buenos Aires. Así conoció al empresario José Pacheco, padre de la joven Victoria, con quien Corsini se casa y tienen a su hijo Ignacio, quien llegaría a ser un destacado profesional de la medicina.
Victoria fue su gran compañera de vida hasta que falleció en 1948. Lamentablemente, su pérdida afectó tanto al cantor que decidió su propio retiro. En su autobiografía inédita, que escribió en 1950, manifestó:
“En ella tuve la gran compañera de toda mi vida, la que me alentó en mis horas inciertas y a la que debo gran parte de mis triunfos”.

Una breve reseña de su amplia carrera
La vida de Ignacio Corsini estuvo muy vinculada al mundo circense. Entre los años 1907 y 1911 trabajó en los circos de Colombo, Raffeto, Cassell y Casano. En 1912 fue contratado por la Casa Victor para grabar sus primeros discos en el antiguo sistema acústico y realizó presentaciones por Entre Ríos formando parte de la compañía del actor José Arraigada.
Hacia 1913, en gira por Bahía Blanca, se conocieron con Carlos Gardel, y juntos establecieron una solemne amistad unida por el respeto absoluto.
En 1914, Corsini actuó en distintas obras de la compañía de los hermanos Podestá, y entre 1916 -1918 fue contratado para participar en películas del cine mudo. Se desempeñó en el cinematógrafo filmando temáticas gauchas como “Santos Vega, “Juan Moreira”, “Martín Fierro”, “Juan Cuello”, y “¡Federación o Muerte!”, entre otros clásicos.
Su repertorio incluía canciones criollas, como “El Carretero” y “Casta Paloma”, entre otras muy reconocidas.

Innumerables éxitos de tango y folclore
El caballero cantor fue un artista muy prolífico en su trayectoria. Se presentó 1919 en los teatros “Excelsior” y “Apolo”, donde desempeñó un papel en “La Piedra del Escándalo”, de Martín Coronado. Ese mismo año realizó una gira por el interior del país e ingresó a la casa Glücksmann, donde registró un amplio repertorio entre tangos y canciones folclóricas hasta 1946.
En 1920, incluyó el tango “Un lamento”, de Graciano De Leone y Pedro Numa Córdoba, pero fue con el tema “Patotero Sentimental” con el que Corsini saltó a la fama en “El bailarín del Cabaret”, puesta en escena el 12 de mayo de 1922. Allí interpreta ese tango, cuyo éxito se ha considerado como su consagración popular de “Galan – Cantor”.
Entre tantos éxitos que logró popularizar evocamos “China hereje”, de Juan Pedro López, y el vals “Un placer”, de Romeo y Caruso; “Caminito”, de Juan de Dios Filiberto - Gabino Peñaloza; “Sombras”, de Pracánico; “Destellos”, de Canaro y “El poncho del olvido”, de Avilés, lanzado a la fama desde el Teatro Cómico en la obra “Facha Tosta” de Alberto Novión, representada por la compañía de Luis Arata.
También fue letrista y compositor de obras musicales como “Fin de fiesta”, con música de Carlos Vicente Geroni Flores, “Flor marchita” con letra de Francisco Bohigas, y “Aquel cantor de mi pueblo”, con música de Enrique Maciel, un gran compositor, guitarrista y pianista con quien Corsini compartió grandes triunfos desde 1924 a 1926 cuando Maciel se suma al conjunto.
Entre otras composiciones y géneros citamos el vals “Tristeza criolla”, basado en un poema de Julián de Charras, “Tradición gaucha” de Enrique Maroni, y “A mi palomita” del guitarrista uruguayo José María Aguilar, que fue quien lo acompañó en muchas grabaciones discográficas de su primer etapa.
En 1925 formó junto a Gregorio Ciccarelli su propia compañía teatral. Debutó en el Teatro Apolo bajo la dirección de Alberto Vaccarezza, uno de los más famosos autores de teatro breve argentino y en esa temporada Corsini conoció al poeta Héctor Pedro Blomberg, un escritor colaborador de La Nación, quien le había llevado para su estreno la obra titulada “Barcos amarrados”, y sería este el comienzo de una amistad relevante para la historia de su cancionero. Luego llegaría un gran éxito, el vals “La Pulpera de Santa Lucía”, con letra de Héctor P. Blomberg y música de Enrique Maciel.
De su repertorio, mencionamos algunas joyas más: “Sentimiento Gaucho”, “Los jazmines de San Ignacio”, “La canción de Amalia”, y “La guitarrera de San Nicolás”. De otras temáticas citamos a “El adiós de Gabino Ezeiza”, “La viejera perdida”, y “La que murió en París”.
En 1938 los compositores Homero Manzi y Sebastián Piana escribían para Corsini la milonga “Betinotti”, que luego el cantor grabó y llevó a la fama el 27 de agosto de 1939. Paralelamente, siguió actuando en algunas películas sonoras como “Fortín alto ”(1941), e “Ídolos de la radio” (1934), donde compartió elenco con Ada Falcón y Tito Lusiardo, entre otros, con producción de Francisco Canaro y dirección de Eduardo Morera, recordado por dirigir los famosos cortometrajes de “Carlos Gardel” (1930).
Ignacio Corsini se retiró de manera definitiva ante los micrófonos de Radio Belgrano el día 28 de mayo de 1949. Desde su retiro hasta su muerte vivió recluido en el seno de un hogar ejemplar que él y su esposa habían creado.

Falleció el 26 de julio de 1967 en Buenos Aires. ¤

Agradecimientos:

Lcda. María Victoria Corsini - (nieta)
Daniel Yaria – (Productor musical)

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