Duhalde ya se parece a De la Rúa. El nuevo ministro Lavagna subió sin plan y sigue sin plan. El “corralito” que paraliza el comercio, y para los pelos de la gente, no se puede abrir porque los bancos no quieren. Los depositantes llevaron a las sucursales bancarias billetes bien impresos, ¿qué pasó con esos billetes?, ¿dónde están? ¿quiénes dieron la orden o el permiso para sacarlos? Lo que pretende este gobierno es pedir más dinero para pagar los intereses de la deuda y llegar a las elecciones. Es muy poco, parece a nada.
Duhalde estuvo en Europa para asegurar a los “inversionistas” que todo va a salir bien. Allá le contestaron que obedezca al FMI. Dentro del país crece el descontento, la miseria, la criminalidad y, por ende, la desesperanza. El miércoles 22 la gente fue a plaza de Mayo a pedir que no quiere negociar con el FMI.¿Cómo hay que decir las cosas?
Uruguay fue arrastrado por la crisis argentina. Más que hermanos ya parecemos siameses.
Los pacifistas de Israel lograron organizarse y demostrar en contra de Sharon y su política bélica. El problema que tienen es el mismo en todos los países: los insatisfechos, los acomplejados, los impotentes y los enanos mentales se envuelven en la bandera y quieren la guerra. Las patrias las hacen los campesinos, los obreros y los ciudadanos honestos, y ellos son los que tienen derecho a flamear las banderas, no los parásitos.
En Afganistán, el ejército americano dinamitó las cuevas, y esto sirvió para dos propósitos: gastaron explosivos para justificar el presupuesto y le mandaron un claro mensaje a la naturaleza para que no haga más agujeros.
Carter, el más honesto y humano de los presidentes americanos de los últimos cincuenta años, estuvo en Cuba y habló por cadena nacional a favor de la democracia.
Los argentinos que viven en el exterior se organizan en distintas organizaciones para dar una mano a nuestro destrozado país. Pongamos (¡inteligentemente!) nuestros granitos de arena.
CASI, EL CALZONCILLO DEL HOMBRE FELIZ Ø