Signos de que todo está volviendo a la normalidad.
Lejos de habernos despertado de esta pesadilla a la que nos sumió el coronavirus y todo lo relacionado a nuestras vidas en tiempos de pandemia, los casos se siguen sumando en nuestro país y la cuarentena estricta, la mejor estrategia temporaria para contener y superar los contagios, ya se va desquebrajando en casi todos los estados.
Sin embargo, hay signos de que todo está volviendo a la normalidad. Y aquí van algunos ejemplos que creemos incontrastables.
El 3 de mayo -el 3 de mayo de este año, hace apenas un mes- el presidente Donald Trump declaró que “vamos a perder entre 75 mil, 80 mil o 100 mil vidas…” Al cierre de esta edición, ya vamos superando las 104 mil, y seguimos contando de a miles todos los días… y la cuarentena ya no existe, más que en muy pocas ciudades. Un nuevo error de cálculo de un presidente que nunca se caracterizó por sus cualidades de estadista. Es decir, todo normal.
¿No es suficiente? Hay más. Trump, quien en el 2004 atacó al entonces presidente Barack Obama por ir a jugar al golf en medio de la “crisis” del virus ebola, una epidemia que causó 11 contagios y 2 muertes en el país (sí, leyó bien), no se aguantó más y partió junto a una numerosa comitiva hacia su resort Mar a Lago… para jugar al golf. Quizás haya brindado con champagne por haber alcanzado la cifra de 100 mil muertos, otro record del que podrá alardear a partir de ahora. Es decir, todo normal.
Y ya que hablamos de Trump, el presidente que durante todo su mandato acusó a los medios y redes sociales de promover “fake news” cada vez que publicaban un reporte en su contra, estalló contra Twitter porque la compañía marcó (era hora, ¿no?) un par de sus comentarios sobre los votos por correo como… “fake news”. “Twitter está sofocando la libertad de expresión, y yo, como presidente, ¡no permitiré que esto suceda!”, declaró, como no podía ser de otra forma, por Twitter. Sin embargo, el presidente, quien desde hace un par de meses está más desencajado que de costumbre por su estrepitoso fracaso en la lucha contra la pandemia y la consecuente pérdida de popularidad de cara a las elecciones de noviembre, fue mucho más allá, declarando que “Los republicanos sienten que las plataformas de redes sociales silencian completamente las voces conservadoras. Vamos a regularlas fuertemente o las vamos a cerrar, antes que permitir que algo así suceda”. Otra vez, el presidente estadounidense emulando a su par de Venezuela, sin que a la mayoría de sus colegas republicanos se les mueva un pelo. Es decir, todo normal.
¿No es suficiente? Hay más. El partido demócrata sigue empecinado en descartar a sus mejores mujeres y hombres a la hora de elegir candidatos a la presidencia. No es necesario ser un gran analista político para entender que todo lo que debe hacer su candidato es hablar lo menos posible y dejar que Trump se encargue del resto. Pero no, Joe Biden hará todo lo posible para asegurarse que los demócratas deban sufrir para recobrar el poder. Durante una entrevista en el programa “The Breakfast Club”, el virtual candidato demócrata en las elecciones presidenciales de noviembre le dijo a uno de los conductores afroamericanos que “Si tienes un problema decidiendo si estás conmigo o con Trump, entonces no eres negro”. Para cuando se dio cuenta del furcio y salió a aclarar las cosas, ya era demasiado tarde. Seguramente habrá pensado en el disparate de que un hombre afroamericano apoye a un supremacista blanco como Trump, pero no sabemos en concepto de qué Biden cree que tiene autoridad para definir la “afroamericanidad” de una persona. Y mucho menos a generar una controversia que ni su partido ni él necesitan. El partido demócrata complica las cosas frente a una de las elecciones en teoría más fáciles de ganar de los últimos años. Es decir, todo normal.
¿No es suficiente? Hay más. Como se menciona en la columna El mes de cifras de este número de El Suplemento, una investigación del departamento de microbiología de la Universidad de Hong Kong liderado por el doctor Yuen Kwok-yung, microbiólogo que ayudó a descubrir el virus del SARS en 2003, determinó que el uso de mascarillas disminuye la transmisión del Covid-19 en un 75%. Como si no alcanzara con el sentido común, la comunidad científica mundial lo prueba una y otra vez. Sin embargo, miles y miles de estadounidenses reniegan de la ciencia, califican a la pandemia como una conspiración de quién sabe quién y para qué, y aseguran que las mascarillas faciales son una vergüenza que atenta contra la salud y la libertad individual de las personas, y a diario aumentan los casos de gente que acosa por las calles a los que las usan. Es decir, todo normal.
¿No es suficiente? Hay una que despejará todas las dudas. Regresó una de las tradiciones más arraigadas en nuestra querida nación: los tiroteos masivos. Este se registró en un centro comercial de la ciudad de Phoenix, Arizona, marcando el open season que los muchachos de las pistolas y los rifles semiautomáticos tanto esperaban. Es decir, todo normal.
En fin, como decimos al principio, signos de que las cosas están regresando a la normalidad. ¤