Cuando esta nota salga a la calle, muchos negocios en California estarán abriendo sus puertas, aunque con restricciones acerca de la cantidad de gente que puede permanecer al mismo tiempo en el local, el uso obligatorio de barbijos, etc.
La idea es que estas restricciones sigan en efecto hasta que aparezca un “breakthrough”, como dicen aquí, una vacuna contra el coronavirus o un tratamiento médico que logre evitar muchas de las muertes. Ahora… ¿qué pasará con los vuelos?
El estatus hoy es que, si bien el gobierno norteamericano permite los vuelos a Sudamérica, Argentina y otros países los prohibieron. Por ende, no se puede volar a la Argentina. En Europa no prohibieron vuelos, pero sí la posibilidad de que ciudadanos de países no europeos los visiten. Los pocos vuelos que van a Europa son para ciudadanos europeos o extranjeros con residencia en esos países. El tema es… los argentinos residentes en Los Angeles ¿cuándo vamos a poder viajar a todas partes, y en qué condiciones?
Un pasado que no añoramos
Muchos recuerdan con nostalgia la visita a hoteles, restaurantes, librerías, negocios de distinto tipo. Pero pocos tienen buenos recuerdos de los viajes aéreos tal cual existían en los últimos años antes de la pandemia. Las aerolíneas eran entre las que peor trataban al viajante. Estas compañías dominaron el uso de computadoras y distintas ofertas de último momento para asegurarse que los vuelos despegaran sin asientos vacíos. Los asientos estaban cada vez mas juntos, no había espacio para nada, y muchos tenían que pagar un adicional para tener cierto espacio para las piernas. Se cobraba por las maletas, y últimamente por la elección de asientos.
El futuro incierto
En fin, todo esto hace que las aerolíneas hoy gozan de menos simpatía que otros sectores de la economía de servicios. Se tienen que defender solas, y así lo hacen. Recientemente, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) que reúne a casi todas las aerolíneas importantes, emitió un comunicado en el que dicen estar de acuerdo con que los pasajeros usen barbijo en los aeropuertos y durante los vuelos, y están considerando tomarle la temperatura a los que quieren volar. Pero están en contra de remover asientos para que haya más espacio entre los pasajeros. Dicen que eso no disminuye el contagio, y que los vuelos necesitan estar por lo menos 77% llenos para ser redituables, y removiendo los asientos del medio el porcentaje es mucho menor. Aseguran además que el social distancing es incompatible con poder seguir volando.
Las aerolíneas se apoyan en la fuerza que les da cierto poder monopólico para decir algo que es evidente. Son muchos los servicios que solo pueden dar ganancias si no se usa la capacidad que tienen. Y que, finalmente, estos sectores puede ser que le ganen a los tecnócratas.
¿Van a quebrar muchas aerolíneas? Realmente no se sabe qué va a pasar. Porque si bien es cierto que el social distancing las perjudica, la baja del precio del petróleo las beneficia en similar manera. Hoy por hoy se calcula que la mayoría de las aerolíneas van a sobrevivir, pero ofreciendo menos vuelos y posiblemente con boletos más caros.
El precio de los tickets en realidad depende de la demanda post coronavirus. Es una incógnita el nivel de demanda que existirá cuando se pueda volar como antes. Mucha gente que no ha podido volar en estos meses de cuarentena lo va a querer hacer. Pero al mismo tiempo, hasta que no aparezca una vacuna, muchos van a preferir no viajar. Para mucha gente, volar es optativo, y –mientras que el virus esté fuera de control- demasiado peligroso. A nadie se le escapa el dato que, como todo el mundo sabe, es a través de los vuelos por donde se transmitió inicialmente el virus por el mundo.
En definitiva, el tema del transporte aéreo, a pesar de la importancia que tiene, parece estar último en la lista de prioridades de los distintos gobiernos. Y la “normalidad” parece más lejana a la de otros sectores. Una pena para los argentinos de California, a quienes tanto nos gusta viajar. ¤