De todas las personas que padecen una discapacidad, probablemente las hipoacúsicas sean las más discriminadas en la sociedad argentina. Quizás sea porque no se observan a simple vista sus limitaciones.
El que suscribe es discapacitado auditivo y posee Certificado Único de Discapacidad (CUD) emitido por una junta médica perteneciente al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Este certificado tiene varios beneficios, siendo el más destacable que las obras sociales o entidades de medicina prepaga están obligadas por ley a proveer al hipoacúsico audífonos en forma gratuita. Y no cualquiera, sino los que se adapten a su patología y les permita escuchar mejor. Otro beneficio adicional es que todas las personas con CUD pueden viajar gratuitamente en medios de transporte de la ciudad. Esto es, en colectivos de la Región Metropolitana (de las líneas 1 a 199), trenes de la Región Metropolitana, y subterráneos. Con los dos últimos no hay mayores problemas. Pero donde los hipoacúsicos padecen serios hechos de discriminación es en los colectivos. Justamente donde menos inconvenientes debería haber, puesto que el estado nacional desde hace más de una década subsidia al transporte automotor con fondos multimillonarios. En los primeros cuatro meses de este año los mismos superaron los 21.000 millones de pesos, y aumentan sin cesar, casi a la par de la inflación.
De acuerdo a la normativa vigente, el discapacitado con CUD debe tramitar en el Ministerio de Transporte su “pase libre”, que le permite viajar gratuitamente. La normativa es muy simple: al ascender al colectivo, el poseedor de un pase libre solo tiene que exhibirlo al conductor junto a su Documento Nacional de Identidad. Y ahí, en el preciso momento de la exhibición del CUD, es donde se producen los hechos discriminatorios, porque la gran mayoría de los choferes dan vuelta la cara o directamente hacen que no ven. Se sienten molestos de llevar a un discapacitado que no lo parece y hacen todo lo posible para “invisibilizar” al discapacitado, que queda mostrando su CUD a una persona que se niega a mirarlo. Eso es algo tan doloroso que cuesta mucho traducirlo en palabras, porque denigran a la persona que viaja como si se tratara de un avivado, alguien que no merece ser transportado gratuitamente como lo indican las leyes y reglamentaciones.
Los Sordos Oyentes
Este cronista forma parte del grupo de Facebook denominado “La Sordería” que se formó el 5 de agosto de 2016 y ya cuenta con 2.581 miembros y que se define de la siguiente manera: “Somos un grupo de ‘Sordos oyentes’; nos reconocemos así porque dependemos de algún tipo de dispositivo electrónico para oír, como audífonos, implantes cocleares u otras ayudas auditivas modernas. Estamos agradecidos y celebramos la tecnología que nos permite comunicarnos ‘casi’ normalmente, y tomamos con sano humor nuestra discapacidad. La finalidad de este grupo es apoyar y acompañar a otras personas sordas en su decisión de oír mejor, compartiendo cada uno de nosotros sus experiencias de vida, sus angustias y esperanzas, e informarnos de las novedades y recursos que disponemos para mejorar nuestra calidad de vida”.
Para saber si este trato discriminatorio por parte de los choferes de colectivos era algo personal, el que suscribe planteó el tema y recibió cientos de respuestas, todas muy similares y dolorosas. Se transcriben algunos testimonios textuales:
Liliana Casas- Es verdad eso, mi hijo tenía 6 años y viajábamos todos los días al colegio a Morón y nos hacían así los chóferes cuando mostrábamos el CUD.
Olga Susana Zurita- ¿Por qué pasará esto? Como si les sacáramos parte de su sueldo. Cómo me gustaría no tener que usarlo. Aunque es una opción pagar el boleto, pero no es justo. Es lo que dice la ley. En este maravilloso país, ¿quién va cumplir con la ley como corresponde? ¡Uuuufffff! Qué cansancio. ¡Cuánta lucha! Que no debiera ser. Encima de lo que padecemos, soportar algunas caras nos hace peor. Nadie se da cuenta del daño que nos hacen. Pero como dice el refrán: al mal tiempo buena cara, aunque nos cueste.
Morochii de Madero- A mí también algunos choferes ni miran mi certificado, son maleducados. Soy sorda.
Rosi Mendoza Benítez- ¡Mostrar el pase es lo que más odio! Después de saludar y que te den vuelta la cara como si uno les estuviera pidiendo caridad.
Haydeé Sofía Altamirano- Me gustaría verlos a esos indiferentes. Que se pongan a la altura de quienes somos hipoacúsicos. También somos gente como ellos.
Ada Ortenzi- No te dan bolilla. Les da bronca que uno suba con tarjeta de discapacidad.
Camila Pajares Ruíz- Yo también tengo miedo de ir al colectivo y que un chofer reaccione mal y que ponga la sube, o que me baje. A mí me pasó, el chofer me bajó del colectivo y me sentí mal. Es una discriminación terrible.
No reaccioné al rechazo, hay que ser amables y solidarios.
Silvia Vinelli- ¡Tal cual! ¡Ni te miran, y hacen un gesto como de resignación! Muy triste la falta de solidaridad.
Mabel Zoff Palma Parodi- Lo del chofer lo padezco siempre, creo que les da bronca que pasemos gratis. Una vez uno me dijo que nos abusábamos, que podíamos pagar, que él a los ciegos y a otros los ayuda, pero a los sordos no. Muchos de los pasajeros asintieron con la cabeza dándole la razón. Yo me quería tirar del colectivo, me bajé en la siguiente parada muy angustiada.
Mercedes Almada- A todos nos pasa. Hay mucha indiferencia... nadie se pone en nuestros zapatos.
Monik Toledo- Es así. Hoy tomé un colectivo y el chofer tenía puestos unos anteojos negros, así que nunca supe si me miraba o me dijo que pase, o qué. Es como si ellos nos pagasen los boletos. Recuerdo que una vez paré un colectivo en un lugar que no era parada porque llovía muchísimo y cuando exhibí mi carnet, me dijo: “Encima no pagás”. A lo cual le contesté: “¡Yo te regalaría el carnet y pagaría el boleto con tal de oír bien! Si lo tengo es por algo que no elegí”. Me pidió disculpas.
Hay que visibilizar la discriminación
Lo peor de todo es que este sufrimiento diario es innecesario y no se explica de ninguna manera, porque a través del pago de impuestos, nosotros, todos los argentinos, le estamos pagando el sueldo a los choferes a los que nos discriminan.
Afortunadamente hay muchos que son amables, corteses y asienten con la cabeza cuando exhibimos el pase. Son una minoría, pero gracias a su consideración a veces no resulta traumático viajar.
Gracias a este foro y a visibilizar esta discriminación diaria y constante llegó el tiempo de empezar a educar a los choferes que tanto daño provocan. Así los discapacitados auditivos podremos viajar sin angustiarnos tanto. ¤