Un poco de historia. En los noventas, y hasta el 2004 aproximadamente, volar ida y vuelta a la Argentina para un residente estadounidense salía menos de 1000 dólares. (alrededor de $900 desde lugares como Nueva York y Los Angeles, un poco menos desde Miami). Pero después vino la suba internacional del precio de los commodities, incluyendo el petróleo, y en poco tiempo subieron los precios en dólares casi un 50%. En Argentina, varias cosas se juntaron para mantener en niveles altos los precios desde el 2004 hasta el año pasado.
En el 2004, gracias a una “demanda reprimida” (muy pocos argentinos salieron al exterior entre el 2000 y el 2004) y aprovechando la reactivación económica, aumentó la demanda desde Argentina. Y todo en un contexto de menos frecuencias de parte de las aerolíneas, golpeadas por el traumático 2001 y los años de crisis en el país.
Luego vinieron las “facilidades de pago” que sostuvieron la demanda cuando muchos ya habían viajado y no tenían necesidad imperiosa de volver a hacerlo.
Después... el cepo cambiario.
El cepo creó mucha demanda de asientos en los aviones por distintos motivos. Muchos argentinos se subían al avión con dólares comprados a menor precio del precio de mercado. Los residentes en el exterior volaban a la Argentina sabiendo que, más allá del tipo de cambio oficial, era fácil en Argentina conseguir un “buen precio” por sus dólares. Es decir, el cepo animaba a los de allá, pero no necesariamente desanimaba a los de acá.
Más allá del flujo turístico, el cepo distorsionó los precios en Argentina de tal manera que muchos trataban de viajar para hacer compras en el exterior. Después estaban los que entraban o sacaban dinero del país en efectivo, sabiendo que no convenían las transacciones normales por el sistema financiero. Ellos también necesitaban un lugar en el avión.
La situación hoy
Y así llegamos al presente. Desde la eliminación del cepo cambiario y la normalización del comercio, la relación financiera entre la Argentina y el mundo está mucho más tranquila. Hay menos necesidad de viajar para solucionar problemas.
Además, en medio de un ajuste económico en la Argentina, y con la economía enfriada, son menos los compatriotas que tienen ganas de gastar en un viaje a los Estados Unidos. Con una Argentina que sigue cara en dólares, relativamente pocos residentes de aquí piensan hacer turismo allá. Un mayor intercambio comercial puede aumentar la demanda de pasajes, pero, por otro lado, ¿quién sabe? Pueden aumentar los vuelos si las aerolíneas deciden invertir en tener más rutas a la Argentina.
Todavía no sabemos hasta qué punto van a incidir los factores en el precio final, pero lo más probable es que el precio de los pasajes para nosotros no sea tan alto como en los últimos años. ¤