Otro hombre
El marido llega a casa y se encuentra a su esposa en la cama con otro hombre.
- Pero María, ¿quién es este tipo?
- Buena pregunta… A ver, vos, ¿cómo te llamás?
Perro lazarillo
Un ciego entra en un banco con su perro; lo agarra de la cola y empieza a zarandearlo y a voltearlo por encima de su cabeza. Rápidamente se le acerca un guardia de seguridad:
- Pero, señor, ¿qué se cree usted que está haciendo?
- ¡Estoy echando un vistazo!
Elefantes azules
- Doctor, doctor, veo elefantes azules por todas partes.
- ¿Ha visto ya a un psicólogo?
- No, sólo elefantes azules…
Ni mucho ni poco
Un hombre entra a un bar y le dice al camarero:
- ¡Mozo, un café!
El camarero se lo va a hacer y el hombre dice:
- Que no esté ni muy caliente ni muy frío.
- De acuerdo...
- En taza ni muy grande ni muy pequeña.
- Como quiera...
Cuando se le va a servir:
- Y no me lo sirva ni muy dulce ni muy amargo.
- OK.
- Y no me eche ni poca ni mucha leche.
- ¿Sabe qué estoy pensando?
- No.
- Que me parece que le voy a dar una patada ni muy por encima ni muy por debajo del trasero.
SUEGRITA QUERIDA
Entra una mujer a la casa y le dice a su esposo:
- Querido, murió mamá.
El tipo saca varios billetes de $100 y se los da a su mujer:
- Comprá varias coronas.
La mujer enfila para la calle, orgullosa de su marido, cuando, desde la cocina el hombre le dice:
- Si no hay Corona, ¡traé Quilmes!
Le dice un amigo a otro:
-¿Qué tal es tu suegra?
-¡Encantadora... de serpientes!
-¡Mama, mamá!, en la escuela me dicen mono...
-Bueno, m´hijito, no les hagas caso y bajate del árbol que está lista la cena.
- Papi, ¿qué es el amor?
- Hijo, ¿viste cuando sentís que te estás haciendo encima, estás cerca del baño pero no llegás nunca?
- ¡Sí!
- Bueh, ¡dejame pasar y después te cuento!
Ejercicio
Judas hacia yoga y Poncio, ¡Pilates!
Cuestión de cariño…
En un fuerte dos soldados están esperando a los indios. El de abajo le dice al de arriba:
- Soldado, ¿vienen los indios?
- Sí, pero los veo pequeños, dice el soldado.
Al cabo de media hora:
- Soldado, ¿vienen los indios?
- Sí, pero los veo medianos.
Al cabo de tres horas:
- Soldado, ¿vienen los indios?
- Sí, y están en la puerta.
- Pues, ¡Mátelos!
- No... no puedo.
- ¿Por qué?
- ¡Porque los conozco desde pequeñitos! ¤