Año jodido, si los hubo, éste que acaba de irse. Nunca antes, en los diez años de vida de nuestra revista, habíamos tenido que enfrentar semejante tormenta, de la que hubo que resguardarse con tenacidad e ingenio. Nuestra comunidad siempre supo que estábamos aquí, trayendo noticias y comentarios de allá, apoyando en todo lo que estuvo a nuestro alcance a los de acá, conectándonos y promoviéndonos entre todos. La gran mayoría de nuestros anunciantes, que son quienes en definitiva bancan económicamente este esfuerzo de llegar a nuestra gente con una revista para ellos, no nos soltaron la mano.
Muchos, acosados por la misma crisis que nos afectó y afecta aún a todos, desaparecieron por un tiempo, para luego regresar al espacio que les corresponde. Otros “se achicaron” un poco y apoyaron como pudieron y en eso mismo están hoy. Porque la recuperación económica está todavía lejos de su plenitud. Pero largamos el año con esperanza, apostamos al cambio, a mirar para adelante sin olvidar las causas que llevaron al desastre, para que no se repita.
Estamos convencidos de que nuestra gente en esta parte del mundo volverá a brillar; de que nos vamos a levantar y nos constituiremos en la comunidad pujante que hemos sabido ser no hace mucho. Con el trabajo de nuestros comerciantes, profesionales, mujeres y hombres de negocios, estudiantes. Con la creatividad de nuestros artistas, la dedicación de los maestros, o el tesón de los laburantes en general que nunca bajan los brazos, aunque la cosa se ponga negra.
Por eso queremos arrancar el año agradeciendo el apoyo de todos los anunciantes y de todos los lectores. Los que siempre están, los que están a veces, y los que pronto nos acompañarán en este trabajo de seguir haciendo de El Suplemento el punto de encuentro para nuestra comunidad.
Por otros diez años de estar juntos. Felicidades para todos.©