Entre las decenas de noticias que a diario desafían nuestra credibilidad, cada mes seleccionamos las más jugosas. Será difícil, pero usted deberá encontrar la más desopilante, la única que no es verdad. Las otras, aunque no lo crea, son totalmente verídicas.
Los nazis de la 4x4
Pelo negro azabache, tez morena, rasgos típicos del mestizo sudamericano apenas ocultos tras la ropa de marca importada. Viajan en una 4x4 de color rojo exhibiendo orgullosos el emblema que los identifica y los separa del resto de la indiada: una cruz esvástica prolijamente pintada sobre las puertas. Dan vueltas y vueltas por la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, profiriendo insultos contra el presidente indígena que se atrevió a ponerle fin al saqueo de los recursos naturales de su país por parte de empresas extranjeras. Son los grupos de choque de los políticos y empresarios autonomistas que pretenden voltear al presidente Evo Morales. Son los nazis... bolivianos.
Menos mal
Desde aquellas famosas valijas de Amira Yoma, cuñada del ex presidente Carlos Menem, hasta el reciente asesinato “mafioso style” de dos colombianos en la ciudad de Buenos Aires, el consumo de droga se ha multiplicado en la Argentina a ritmos alarmantes. Cada dos por tres explota una “cocina” clandestina en algún rincón semi escondido del conurbano bonaerense, el Paco –versión criolla del Crack local- se impone como alimento principal entre los chicos de las villas y nadie se extraña cada vez que algún compatriota es sorprendido en un aeropuerto internacional del extranjero con un par de bolsitas sospechosas en su equipaje. Así y todo, no hay razones para alarmarse: el ministro de Justicia, Aníbal Fernández, acaba de asegurar que “Por más vueltas que le quieran dar aquellos que quieren sacar ventajas politiqueras a la cosa, Argentina sigue siendo un país de tránsito de droga”.
El Burrito se las sabe todas
El ex- futbolista de River Plate y la Selección Nacional, Ariel “el Burrito” Ortega, parece haber encontrado la senda para escaparle definitivamente a su adicción al alcohol. Descartado en River por el técnico Simeone, el Burrito ha sido transferido a Independiente Rivadavia de Mendoza, en donde jugará en un clima mucho más relajado, rodeado de prístinas montañas, cristalinos lagos y... los mejores viñedos argentinos. El presidente del club, el empresario Daniel Vila (dicho sea de paso, acusado por el Estado de lavado de dinero en operaciones de compra de distintos medios periodísticos) declaró que “Acá no hay tantas tentaciones”.
Fue tan sólo un malentendido
El juicio oral contra el ex-represor tucumano Antonio Domingo Bussi reunió en la sala no sólo a varios activistas por los derechos humanos, sino también a un puñado de aquellos que apoyan a los distintos personajes de la última dictadura militar, entre los que se contaba la mediática activista Cecilia Pando.
En cierto momento, con la delicadeza y buena educación que la caracterizan, la defensora del accionar de las fuerzas represivas confrontó al secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, gritándole: “Me voy a encargar yo de hacerte mierda… te voy a matar con mis propias manos". Al otro día, la ya no tan crispada Pando declaró frente a la prensa: "Si lo entendió mal, le voy a pedir disculpas". Seguramente sus dichos han sido sacados de contexto.
Cuidado con esos bichos salvajes
“Quien supone que se trata de animales dóciles e inofensivos... que se informe mejor”. Tales las palabras del apesadumbrado polista argentino Alejandro Openheimer, en declaraciones exclusivas para El Suplemento desde su tienda de artículos deportivos y haciendo referencia a los ponis del Griffith Park de Los Angeles. Openheimer, aún enyesado y con su orgullo hecho trizas, se refiere así al macabro accidente que lo tuvo como protagonista, cuando el pasado 15 de agosto decidió dar una vuelta sobre uno de los ponis del mencionado parque. “Apenas me subí comencé a picarlo, ya que quería pasar a un par de nenas que iban cabalgando delante mío...”, declaró. Pero el joven polista nunca imaginó que el pony iba a resultar tan chúcaro que terminó por lanzarlo por los aires unos metros más adelante, tras lo cual el animal continuó con el cansino trote que lo caracteriza hasta completar la rutinaria vuelta.
Lo curioso del caso es que apenas unos meses atrás, Openheimer había sufrido otro accidente ecuestre en el mismo parque, cuando fue despedido del lomo de uno de los resbalosos equinos de la famosa calesita ubicada a tan sólo unos metros de allí. ©