Habita en zonas áridas y enfrenta amenazas por pérdida de hábitat.
El lagarto colorado, o Tupinambis rufescens, es un reptil nativo de Argentina, Bolivia y Paraguay, que destaca por su coloración rojiza y patrones de manchas oscuras en el cuerpo, donde la cola presenta franjas uniformes. Los machos son significativamente más grandes que las hembras, alcanzando casi 1,5 metros de longitud, mientras que las hembras generalmente no superan el metro. Su cabeza es robusta y los machos desarrollan una notable papada.
Este lagarto habita principalmente en el oeste y centro de Argentina, en regiones áridas y semiáridas. Su entorno se caracteriza por bajas precipitaciones, lo que afecta su comportamiento y ciclo de vida. Durante el invierno, se refugia en madrigueras, manteniendo una actividad limitada hasta que las temperaturas aumentan y se vuelven más cálidas.
A pesar de que el lagarto colorado está catalogado como “de menor preocupación” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), enfrenta amenazas debido a la modificación de su hábitat y la creciente demanda en el mercado de mascotas. La conservación de su entorno natural es crucial para garantizar su supervivencia en la región. Conocido por su comportamiento curioso y su atractivo físico, el lagarto colorado sigue siendo una especie fascinante y emblemática que refleja la biodiversidad de las zonas áridas argentinas.¤