Algo que las mujeres suelen decir en todo el mundo y desde tiempos inmemoriales es que “no hay hombres”. Curiosamente, la queja universal por la supuesta “falta de hombres” nunca fue pronunciada por las porteñas desde mediados del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Y seguramente tampoco será pronunciada por las mujeres chinas a partir del año 2020, porque en esas ciudades y en esas fechas los hombres, literalmente, sobrarán.
La sabiduría popular afirma que hay siete mujeres por cada hombre. Vaya a saber por qué, pero los hombres están absolutamente convencidos de que ese es un dato real. Y como la realidad es como uno cree que es… en sus mentes, las mujeres sobran.
Dado que las mujeres en todo el mundo se quejan de que no hay hombres, parece ser que ese dicho es verdad. De ser así, las mujeres sobrarían y los caballeros escasearían.
¿Eso es así? Veamos.
En los Estados Unidos, en el año 2001 había aproximadamente 145 millones de mujeres y 139.8 millones de hombres. Mientras que de los 33.871.648 californianos, 16.874.892 eran hombres y 16.996.756 mujeres.
Por su parte, en la ciudad de Buenos Aires, las cifras indican que viven 250 mil más mujeres que hombres.
Si bien la cantidad de mujeres es mayor a la de los hombres a nivel nacional y estatal, tanto en los Estados Unidos como en la Argentina la relación de “siete mujeres por cada hombre” es sólo un mito.
Buenos Aires 1870-1914 ¿Paraíso de las mujeres?
Durante este período, la ciudad de Buenos Aires fue, sin dudas, la capital mundial de hombres solteros, porque además de los nativos llegaban oleadas de jóvenes de todos los orígenes imaginables: italianos, españoles, franceses, griegos, suecos, etc.
“El exceso de hombres convertía a Buenos Aires en una ciudad excepcional de la Argentina y explicaba la fascinación que producía en las mujeres criollas y en las inmigrantes”[1].
Tantos hombres jóvenes disponibles no fue el paraíso prometido, porque en verdad convirtieron a la Reina del Plata en la capital mundial de la prostitución. Un solo dato de referencia lo confirma: a comienzos del siglo XX la ciudad contaba con menos de 300 escuelas pero tenía más de 6.000 prostíbulos. Por eso, no es de extrañar que hasta la casa de Jean Jaures 735 donde vivió Carlos Gardel (y que actualmente funciona como Museo de la Ciudad de Buenos Aires) fuera un prostíbulo antes de que la comprara el zorzal criollo.
Era tal la cantidad de hombres solos que vivían en la ciudad y tan pocas las mujeres, que se organizó un siniestro mercado de tratantes de blancas. Los inescrupulosos tratantes se dedicaban a traer engañadas a hermosas jóvenes y viudas, especialmente del este europeo, bajo falsas promesas de casamiento o trabajo. Cuando llegaban a la ciudad de Buenos Aires y Rosario, las pobres mujeres eran compradas y vendidas como ganado y eran obligadas a trabajar en los miles de prostíbulos que pululaban por todos lados.
A pesar de la cantidad de hombres solos, la ciudad no se convirtió en un paraíso para las mujeres. Fue un infierno.
Beijing 2020 ¿Paraíso de las mujeres?
La Comisión de Planificación Familiar y Población del gobierno de China informó hace pocos meses que para el año 2020 estiman que habrá más de 30 millones de hombres solteros que no encontrarán mujeres para casarse. Esta desproporción demográfica se debe a que en el año 2005 nacieron, en promedio, alrededor de 118 niños por cada 100 niñas en todo el territorio de China. En algunas zonas del sur del país, la diferencia es mucho mayor: en el 2005 nacieron 130 varones por cada 100 mujeres. Expertos en el tema afirman que el motivo de esta disparidad anormal se debe a la política de un solo hijo por matrimonio. Y como en las zonas rurales se privilegia al varón sobre la mujer, las embarazadas abortan cuando descubren que van a ser madres de niñas.
Si estas previsiones del gobierno se cumplen, entonces, en la República China a partir del año 2020 habrá 30 millones de hombres solteros buscando esposas que nunca encontrarán, al menos en su país.
Una posible explicación a la supuesta “falta de hombres”
La tablas e índices demográficos no explican por sí mismos las quejas femeninas por la falta de hombres. Si bien la cantidad de mujeres es mayor a la de los hombres, las verdaderas causas de esas lamentaciones son otras.
Por las diferentes percepciones de los sexos: Los hombres, generalmente, lo primero que buscan en las mujeres es belleza, atracción física. Por eso, en el cuento, el Príncipe Azul se casa con la Cenicienta. No le importa nada que ella sea pobre, esté sucia o que haga trabajos horribles. Sólo ve que ella es hermosa, joven y sexy, y con eso le alcanza y sobra.
Cuando un hombre le cuenta a sus amigos y conocidos que sale con una mujer, la primera pregunta que le hacen es: ¿Cómo está? Traducción: si es sexy, joven y hermosa.
Pareciera que las mujeres buscan algo distinto en los hombres. Quizás protección, seguridad y bienestar económico que le aseguren una vida cómoda, previsible, estable y sin sobresaltos. De allí que cuando una mujer cuenta que empezó a salir con un hombre, sus amigas le preguntan: ¿A qué se dedica?, ¿Tiene auto?, ¿Es solvente?
Especialistas de todo el mundo afirman que en general, las mujeres anhelan, sueñan, casarse con los hombres más poderosos, con más dinero y recursos económicos. Es decir, intentan encontrar a su media naranja en la parte superior de la pirámide social, donde sólo está el 10% de la población masculina. Sin lugar a dudas serían muy pocas las princesas que se casarían con un “Ceniciento”, porque la mayoría busca ni más ni menos que al famoso Príncipe Azul.
Hombres y mujeres son distintos y complementarios. Y por eso, mientras ellos piensan que las oportunidades de encontrar mujeres sobran, ellas, una y otra vez, repiten que no hay buenos candidatos. O que los mejores ya están casados.
¿China se convertirá en el paraíso de las mujeres? Eso es algo que nadie puede asegurar. Probablemente sí, porque hay muchos emprendedores que se están convirtiendo en poderosos millonarios. Aunque también es posible que se repita lo sucedido en Buenos Aires hace un siglo y medio atrás.
Habrá que visitar Beijing a partir del 2020 para saberlo.
Una sana recomendación:
Para no sufrir oyendo a las mujeres quejándose por “la falta de hombres”, es muy saludable para los caballeros colocarse los auriculares y escuchar la canción de Mickey Laure titulada "No Llores", la misma que hace muchos años fue popularizada por el conjunto Los Wawancó. Se trata de una canción muy estimulante para el público masculino, dado que comienza diciendo: “Se acaba la papa, Se acaba el maíz, Se acaban los mangos, Se acaban los tomates, Se acaban las ciruelas, Se acaban los melones, Se acaba la sandía, Se acaba el aguacate... Y la cosecha de mujeres nunca se acaba, La cosecha de mujeres nunca se acaba, la cosecha de mujeres nunca se acaba, la cosecha de mujeres nunca se acaba…” ©
[1] (Guy Donna J. El sexo peligroso: La prostitución legal en Buenos Aires, 1875-1955 (Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1994) ¤