El día era una fiesta para los ojos, nubes blanquísimas, un sol refulgente iluminando los árboles, las flores, los edificios y hasta la basura de la ciudad.
Todo parecía alegría, hasta que doblé la esquina del almacén y allí… aparecieron las nubes negras cargadas de amarguras que a veces me persiguen…y yo sabia que aunque cambiara de vereda o volviera sobre mis pasos, la lluvia y el gris iban a arruinar mi día otra vez, entonces dije: ¡Basta! Y decidí pensar que tal vez las nubes negras y las amarguras existían solo en mi bocho y a lo mejor la oscuridad, los grises y las lluvias son parte del hermoso cuadro de la vida, que si los miro positivamente como parte del concierto de la realidad puedo sentirme feliz de estar vivo.
Por eso ahora bailando y saltando en esta esquina, en camiseta, empapado por la lluvia y sonriendo, ellos piensan que estoy loco…y me doy cuenta de que hay chabones que todavía no han despertado.
Ellos compran seguros de vida y propiedades mientras yo continuo investigando y disfrutando la música, el arte, la amistad, el universo. Ø